2010/08/01

erakusketa | Piedra y barro: arquitectura popular leonesa

Imagen: La Crónica | La ermita de una histórica casa señorial de La Veguellina de Cepeda conserva unas excelentes paredes, lo que no se puede decir del resto del edificio, una ruina absoluta.

Imagen: Diario de León | Casón de los condes de Catres, señores de Valdemagaz, en Benamarías. 
Piedra y barro: arquitectura popular leonesa
EFE | ABC, 2010-08-01

Durante once años consecutivos, la Asociación Cultural Rey Ordoño I organiza cada verano una exposición de gran atractivo en la comarca leonesa de La Cepeda: este año se refiere a la arquitectura popular del territorio, que en realidad es una síntesis de la arquitectura de la Meseta Norte.

A caballo de los Montes de León y las llanadas de la cuenca del Duero, esta arquitectura popular muestra en las zonas más elevadas las soluciones constructivas de la montaña, con sus casas de piedra y corredores de madera, en tanto que en las zonas bajas de los valles recurre al barro, para su uso en tapial o adobe.

Enrique Pérez, joven arquitecto, es el autor de la muestra, que se presenta en Villamejil, del 30 de julio al 15 de agosto, cuyos paneles arrancan con una síntesis histórica de la comarca, desde la época romana, cuando abundaron las exploraciones mineras y metalúrgicas, los momentos difíciles del medievo, los dominios señoriales, y una modernidad que ha sido devastadora.

Basta un ejemplo: la comarca, agrupada en unos 50 pequeños núcleos, tenía unos 16.000 habitantes hacia 1955 y posee ahora sólo unos 3.500, con una pirámide de población absolutamente regresiva.

En las zonas más recónditas de la comarca, especialmente en Tabladas, se esta cayendo día a día la arquitectura más primitiva, emparentada directamente con las tipologías astures: Techo de paja, paredes de piedra, ausencia de aberturas exteriores y carencia incluso de chimenea.

En estas viviendas reducidas habitaban juntamente animales y seres humanos; hoy poco a poco van cayendo porque el tiempo es indominable: las nevadas de estos dos últimos años han hundido casi todas las techumbres de bálago que quedaban en casas ya deshabitadas.

En los territorios de mas altitud, las casas son menores y casi siempre de planta baja; las de dos alturas proceden básicamente del último siglo, cuando muchos agricultores empezaron a dejar la planta baja para los animales, aperos y almacenamientos, y ubicaron arriba las residencias personales.

Lo mismo ocurre en el sur de la comarca, donde las casas de barro son generalmente de mayor tamaño, y se sustituye la cubierta de losa por la teja.

Las tradicionales tienen dos entradas: una pequeña para el personal y otra más grande -las puertas carretales- para los animales y el trasiego de la labranza.

En estas casas, las cuadras la bodega y las zonas de almacenaje se articulan en torno a un patio central a veces porticado, que se convierte en auténtico corazón de la explotación.

Al igual que en el norte de la comarca, durante los últimos cien años han proliferado las casas de doble planta.

La exposición, que presenta diversos materiales constructivos, maquetas, etc., muestra también ejemplos de otras arquitecturas típicas de la zona, desde las fuentes a los hornos de pan colectivos, así como los escasos elementos y vestigios de arquitectura industrial.

Otro ámbito que destaca el arquitecto Enrique Pérez es el de la construcción religiosa, donde presenta una selección de espadañas, desde las de un románico rural absolutamente primitivo como el caso de Ucedo, a la espadaña de Villamejil, un excelente ejemplo de neomudéjar, aunque necesitado de una buena restauración.

Para Enrique Pérez, la salvación de esta humilde pero bella arquitectura es realmente difícil, porque su primer problema es el abandono del espacio en que se halla: En los Barrios de Nistoso, donde pervivían magníficos ejemplares, cada año van cayendo al suelo, porque, descuidadas las cubiertas, el efecto del tiempo es demoledor.

Para el arquitecto, la comarca necesita parar el declive económico por varios puntos: articulando una red de carreteras que la reintegre al flujo provincial de vehículos y aprovechando sus recursos, desde la miel de brezo, a las setas o al elenco de fauna y flora excepcional.

Abandonada de la explotación agraria, La Cepeda es un paraíso donde el viajero tienen bellos paisajes, y donde habitan águilas, urogallos, cérvidos, lobos y otros animales: "No sería ilógico pensar en que la zona más montañosa recibiese la calificación de Reserva de la Biosfera", opina Pérez.

Fuente | ABC 

Documentación
La Cepeda exhibe con orgullo en Villamejil su arquitectura popular
La asociación Rey Ordoño I ofrece una singular exposición hasta el 15 de agosto
E. Gancedo | Diario de León, 2010-08-03

Piedra y barro
La arquitectura popular de La Cepeda es objetode una exposición en Villamejil, que puede verse hasta el 15 de agosto
A. A. | La Crónica, 2010-08-02

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