Antípolis : el desvanecimiento de lo urbano en el Cinturón del Sol / Carlos García Vázquez ; fotografías de Alex S. MacLean.
Barcelona : Gustavo Gili, 2011.
131 p., [20] h. de fot.
ISBN 9788425224096*
Materias:
Ciudades - Estados Unidos.
Geografía urbana.
Urbanismo - Aspecto social.
Biblioteca A-711.4(73) ANT
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Antípolis : el desvanecimiento de lo urbano en el Cinturón del Sol
Gustavo Gili
La expresión Cinturón del Sol (Sunbelt) designa la franja de Estados
Unidos comprendida entre el paralelo 37 y la frontera con México. En
ella se ubican los catorce estados y las decenas de ciudades que
protagonizan este libro: Los Ángeles, Phoenix, Dallas, Houston, Atlanta,
Miami, etc.
Sin embargo, el Cinturón del Sol es algo más que un
término geográfico: es un estilo de vida; un cóctel compuesto de
conservadurismo político, ultraliberalismo económico, modos de vida
suburbanos, alta movilidad, buen clima y ocio. En las dos últimas
décadas numerosos teóricos han vuelto su mirada hacia esta zona,
convencidos de que allí se está forjando el futuro de la ciudad
estadounidense. Algunos, incluso, han ido más allá y aventuran “la
cuarta revolución urbana”, que daría paso a una nueva fase de la
historia de la ciudad.
Carlos García Vázquez (Sevilla,
1961) es arquitecto y catedrático de Composición Arquitectónica en la
Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla (ETSAS). Es autor de
los libros Ciudad hojaldre. Visiones urbanas del siglo XXI (Editorial
Gustavo Gili, Barcelona, 2004) y Berlín–Potsdamer Platz: metrópoli y
arquitectura en transición (Caja de Arquitectos, Barcelona, 2000).
Texto de la introducción En el lugar apropiado en el momento adecuado…
Con
la expresión Cinturón del Sol (Sunbelt) se designa la franja de Estados
Unidos comprendida entre el paralelo 37 y la frontera con México. En
ella se ubican 14 estados —la mitad sur de California, Arizona, Nuevo
México, Texas, Oklahoma, Arkansas, Luisiana, Tennessee, Mississippi,
Alabama, Georgia, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Florida— y
también decenas de ciudades —Los Ángeles, Phoenix, Albuquerque, Dallas,
Houston, Atlanta, Miami, etc.—; ellas son las protagonistas de este
libro.
Sin embargo, el Cinturón del Sol es algo más que un
término geográfico, es un estilo de vida, un delicioso cóctel compuesto
de conservadurismo político, ultraliberalismo económico, modos de vida
suburbanos, alta movilidad, buen clima y ocio. The New York Times lo
calificó como un “experimento cultural y político”, aludiendo al masivo
traspaso de poder que ha recibido en las últimas seis décadas desde las
metrópolis del noreste, centros tradicionales del mismo.
Este
“experimento” ha provocado una gigantesca transformación urbana. En
1967, Robert Riley, exalcalde de Albuquerque, declaraba: “Puede ser que
lo que estemos viendo emerger sea la tercera etapa de la historia de la
ciudad, una ciudad postindustrial tan diferente de la ciudad industrial
como esta lo fue de los asentamientos preindustriales”. Su intuición se
confirmó. Dos décadas después numerosos teóricos volvieron la mirada
hacia el Cinturón del Sol convencidos de que el futuro de la ciudad
estadounidense se estaba forjando allí, en un territorio opulento,
conservador, dinámico, abierto, liberal y emprendedor, un territorio que
resumía la esencia de lo que a los estadounidenses les gusta pensar
sobre sí mismos.
Uno de ellos, Pierce Lewis, advertía que la
tarea que tenían por delante, llegar a entender estas ciudades, no era
sencilla: “No podemos hablar de un fenómeno si no contamos con un
vocabulario que lo describa, y muchos observadores aún no se han puesto
de acuerdo sobre cómo nombrar esta nueva y amorfa geografía urbana”.
Infinidad de neologismos lo habían intentado: disurbia, exópolis, outer
city, outtown, penturbia, ruburbia, technoburb, etc. La mayoría fueron
acuñados a finales de la década de 1980, pero había uno que databa de
1962, anti-city, creado por Lewis Mumford para calificar la marea
suburbial que inundaba las metrópolis norteamericanas de aquellos años y
que negaba las formas y principios de la ciudad tradicional.
Este
libro parte de una hipótesis similar. Habitualmente, la “urbanidad” ha
sido definida como un sistema de valores colectivos que se apoya sobre
cuatro pilares: permanencia (estabilidad temporal), diversidad
(diferenciación múltiple), memoria (sustancia histórica) y consistencia
(materia construida). Pues bien, en el Cinturón del Sol todo esto se
está desvaneciendo. Por decirlo de otra manera, sus ciudades son cada
vez menos “urbanas” y cada vez más “otra cosa” difícil de definir.
Y,
sin embargo, es necesario hacerlo. Convencidos de que nombrar las cosas
es el primer paso para asimilarlas, hemos decidido añadir otro
neologismo a esa larga lista, uno inspirado por el de Lewis Mumford pero
filtrado por la mirada europea: anti-polis, una ciudad que responde a
patrones físicos, funcionales, sociales y culturales contrapuestos a los
que Occidente heredó de la polis griega, una ciudad que tan solo se
puede definir como negación de “lo urbano”: in-estable, in-diferenciada,
in-sustancial e in-material.
Antípolis, la ciudad sin
permanencia, sin diversidad, sin memoria y sin consistencia; un
auténtico laboratorio urbano donde se destila una contemporaneidad
químicamente pura. Como decía Nan Ellin: “Cuando vivía en París, añoraba
no haber estado allí en la década de 1860, cuando la ciudad estaba
experimentando las radicales transformaciones sociales y urbanas que
determinaron su destino. Cuando vivía en Nueva York, añoraba no haber
estado allí en la década de 1910, cuando su inimitable carácter se
estaba fraguando a base de migraciones y construcciones colosales. Y
cuando vivía en Los Ángeles, añoraba no haber estado allí en la década
de 1950, su década más definitoria. Al vivir en Phoenix los últimos
siete años, he sentido que por fin estoy en el lugar apropiado en el
momento adecuado”.
Copyright del texto: sus autores
Copyright de la edición: Editorial Gustavo Gili SL