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Un grandioso proyecto arquitectónico en el puerto de Hamburgo se levanta sobre las zonas arrasadas por los bombardeos de la Operación Gomorra de la II Guerra Mundial. Una nueva ciudad opulenta, poderosa, rampant. Recorremos aquella explosión constructiva entre admirados y sobrecogidos. En un proyecto de este tipo están interesados todos los hombres de negocios que transportan algo.
Félix de Azúa | El País, 2011-03-01
El nuevo edificio de la Filarmónica de Hamburgo, obra de los suizos Herzog & de Meuron, que abrirá sus puertas dentro de un año, está concebido para ser fotografiado desde el agua. En las simulaciones puede verse la cresta de vidrio y sus puntas en forma de ola rompiente recortadas contra el cielo a 37 metros de altura, pero también reflejadas como fantasma luminoso en el negro espejo del puerto. O, para mayor exactitud, en uno de los remansos acuáticos de HafenCity, que es como se llama la ampliación de la ciudad hanseática. La denominación de PuertoCiudad, aunque poco imaginativa, es exacta, ya que está creciendo sobre la antigua Speicherstadt, la zona de almacenamiento formada por gigantescas bodegas de ladrillo. Se ha reservado de la demolición una línea de bodegas a lo largo de un canal, memoria del viejo puerto hamburgués. Son como una teoría de bellas esfinges rojas en un bosque de acero y cristal.