La phartenia, una planta invasora que llegó a África con la ayuda humanitaria, amenaza con acabar con los pastos de Masai Mara
Julián Méndez | Hoy, 2011-01-27
La Reserva Nacional de Masai Mara, en Kenia, un espacio natural de 1.510 kilómetros cuadrados famoso por la migración anual de millones de ñúes y gacelas, está amenaza por una hierba invasora. Nadie sabe cómo apareció allí, pero la nociva phartenia (parthenium hyesterophorus) o escoba amarga ha llegado para quedarse. «Esa planta tóxica amenaza el mayor espacio de migraciones salvajes del planeta», ha advertido un portavoz de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Masai Mara, bautizada así por estar habitada por la tribu masai y recorrida por el río Mara, acoge a 70 especies de mamíferos y a 500 de aves. Cada año, en una procesión que data del origen de los tiempos, millones de gacelas, ñúes, cebras y jirafas abandonan las sabanas tanzanas y se dirigen hacia las planicies keniatas en busca de pastos frescos y agua. Meses después, hacia diciembre, realizan la migración inversa y recorren cientos de kilómetros, de vuelta a sus predios invernales. La travesía de los ríos, donde los ñúes son acechados por cocodrilos que los convierten en su suculento sustento, constituye uno de los jalones de esta migración, mil veces fotografiada y filmada.
Sin embargo, la ya de por sí menguante población de ñúes se enfrenta ahora a una nueva amenaza: una gramínea originaria de América central que se expande sin freno por la reserva y que carece de enemigos. Conocida también como hierba blanca y falsa camomila, algunos botánicos la encuadran entre las amenazas más peligrosas a que hace frente la reserva junto a la caza ilegal, los incendios, los usos agrícolas y las epidemias. La planta puede alcanzar los dos metros de altura y termina en unas hermosas flores blancas. Por el momento, apuntan desde UICN, la phartenia ha aparecido en los caminos de tierra que recorren la reserva y en las riberas del río Mara, que se adentra en la región del Serengueti.
Lo peor es que, además de invadir el entorno, la phartenia tiene consecuencias bien conocidas para la salud: quemaduras al contacto con la piel, dificultades respiratorias por el polen...
«Es muy difícil decir cuánto tiempo hará falta para que la invasión llegue a todo el parque, depende de muchos factores, en especial del clima», explica Arne Witt, coordinador para África del programa de lucha contra especies invasoras de la ONG científica CABI. «Pero el ejemplo de la vecina Uganda nos demuestra que la extensión es rápida. Allí vieron la planta por primera vez hace tres años. Ahora ha colonizado ya varias regiones del país», alerta. La planta madura en cuatro o seis semanas y produce entre 10.000 y 25.000 semillas. Se expande como una exhalación.
Y, en África, al contrario que en su natal América, no hay insectos que la ataquen.
¿Pero cómo llegó hasta Kenia? No hay certeza, pero todo apunta a que semillas de phartenia llegaron al continente camufladas entre cargamentos de grano destinados a paliar la hambruna, en los primeros años 80. De hecho, la invasora se ha localizado también en amplias zonas de Somalia, Uganda, Tanzania, Mozambique, Zimbabue y Sudáfrica.
La phartenia no es el único enemigo que amenaza las sabanas keniatas. La hierba de Laos (Chromolaena odorata) y el té de Gambia (Lantana camara) han comenzado también su imparable expansión por África. Pero la phartenia es el enemigo a vigilar.
El fin de los pastos
«Si no se toman medidas en Masai Mara podemos enfrentarnos a una reducción masiva de los pastos. Los animales salvajes no comerán la phartenia, al menos al principio. Pero, cuando tengan hambre y no vean otra cosa, no tendrán otra opción», apuntan desde la UICN. Este tipo de plantas invasoras (al estilo del plumero de la Pampa, que coloniza España de costa a costa) son muy resistentes y poseen una excepcional capacidad de adaptación al medio. Son invasoras y supervivientes natas.
Los especialistas apuestan por la lucha biológica, por la introducción de un insecto predador. Pero se trata de una solución muy cara. La alternativa es el empleo de pesticidas, respuesta que no agrada a de los patrones internacionales que sostienen el parque. Lo más seguro es que se adopte una «estrategia manual», es decir, la siega de las plantas. Aún así, el peligro acecha: las semillas pueden sobrevivir años en el subsuelo, al acecho del momento oportuno para florecer. Acabar con la phartenia costaría 50.000 euros, toda una fortuna en Kenia.
Belleza salvaje
Masai Mara. Ocupa 1.510 km² en la zona del Gran Valle del Rift. La mayor parte del territorio es sabana salpicada de acacias. Es famoso por su población de leones y por ser hogar de especies amenazadas como el rinoceronte negro, el hipopótamo, señor de los ríos Mara y Talek, y el guepardo.
Fuente
Invasoras en el paraíso
La phartenia, una planta invasora que llegó a África con la ayuda humanitaria, amenaza con acabar con los pastos de Masai Mara
Julián Méndez | Hoy, 2011-01-27
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