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"Homo ludens. el artista frente al juego" podrá verse hasta el 13 de enero de 2011. La muestra cuenta con 75 obras de artistas como Mallarmé, Picasso, Miró, Duchamp o Gerardo Diego.
Sonia Macías | Noticias de Gipuzkoa, 2010-11-14
Toda nuestra vida es un juego, y, por consiguiente, el arte también lo es. Esta es la tesis que plantea la exposición Homo Ludens. El artista frente al juego que ha inaugurado esta semana el Museo Oteiza de Alzuza, y que podrá verse hasta el 13 de febrero de 2011. Una selección de 75 obras, algunas de ellas nunca antes vistas, de artistas nacionales e internacionales que acercan al espectador a la idea del juego como parte fundamental de la cultura.
"Con esta exposición se busca desmitificar la idea de que el juego solo está ligado al mundo infantil, y de que el adulto que lo hace demuestra un carácter infantilizado", puntualizó Aitziber Urtasun, comisaria de la muestra y responsable del área de didáctica del Museo, en la inauguración. "Con estas piezas, recopiladas de instituciones como el Museo Reina Sofía de Madrid, el Centro Georges Pompidou de París, el Museo Picasso de Barcelona, la Colección Kutxa, la Colección Musac, el Museo Artium de Vitoria, el Centro Internacional del Títere de Tolosa, o el Museo de Alzuza, se demuestra que la vida se basa en un juego. Trabajamos, disfrutamos, resolvemos problemas, nos enamoramos, en definitiva, jugamos con las piezas de nuestros puzzles", recalcó.
La muestra, que está dividida en cuatro áreas, analiza así distintas caras del juego. En la primera de ellas, titulada Poéticas Visuales, se aborda la presencia del lenguaje en el terreno de lo lúdico, cuyo precursor fue Stéphane Mallarmé con su libro de poemas Un golpe de dados, también expuesto en esta muestra. Dicha obra rompió los esquemas poéticos habituales, pues fue escrita a dos páginas en lugar de a una. Esto le obligó a dejar blancos, algo que al autor le permitió, al igual que a Oteiza los vacíos de sus esculturas, dar mayor amplitud y libertad a los sentimientos y a la creación. Así, la influencia de Mallarmé fue decisiva en otros artistas de vanguardia y de corrientes como el Letrismo, tales como Felipe Boso, Ricardo Ugarte, Julia Otxoa o el mismo Oteiza, de los cuales también se exponen diversas piezas en esta muestra.
Reinvención
En la segunda zona, nombrada Fragmentos de la realidad, se habla de la relación directa, íntima y, en muchas ocasiones, espontánea del artista frente al material. Así, los autores eligieron pequeños retazos de cotidianidad que adquirieron formas inesperadas, como en el caso de las piezas de Ángel Ferrant, Nicolás Lekuona o Pablo Picasso. Además, en esta zona se hace referencia a la reinvención de materiales para crear nuevas historias desde mundos como el circo o el teatro, en figuras como las de Ramón Acín, Fortunato Depero o Luigi Veronesi, entre otros.
En la tercera zona, llamada Juego(s), se abarca la propia creación de juegos de azar, puzzles o rompecabezas, y para ello se han seleccionado obras de autores como Marcel Duchamp, Man Ray, Gerardo Delgado, George Brecht o Jose Hartwig. En dichas piezas se combina la destreza del jugador y la belleza plástica del propio juego.
Soldaditos
Y por último, Ludosofías críticas, cuarta y última zona de la exposición, acoge una selección de obras recientes que configuran el mensaje a través del juego. Es decir, el juego adquiere un nuevo sentido en el que el disfrute y la banalidad dan paso al análisis y la crítica. Así, Soldats soldes la obra de Antoní Miralda, trata el tema de los conflictos bélicos a través de sus soldaditos de plomo; Ángel Mateo Charris, habla de la política y los abusos de poder; y Joan Fontcuberta, con su fotomontaje del 11-S, se centra en el terrorismo. Por último, autores como Juan Luís Moraza, Eugenio Ampudía, Rafael Bianchi y Diego del Pozo certifican en sus trabajos el nuevo papel del espectador, que pasa de actuar como mero observador a co-jugador de la partida.
El título de la exposición, Homo Ludens, hace referencia a un libro escrito por el alemán Johan Huizinga en 1993, cuyo tema central era la importancia del juego en la sociedad, y la tesis defendida versaba sobre que la cultura, en los distintos períodos históricos, se ha desarrollado siempre desde, por y para el juego. "Oteiza también se vio influido por esta tesis. Según él, el juego era un elemento inherente al arte. De hecho, llegó a afirmar que la energía vital que surge del juego procede del arte, que la vida es igual a juego", señaló Urtasun.
Fuente | Noticias de Gipuzkoa
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