2010/04/13

prensa | Un siglo de arquitectura en papel

Un siglo de arquitectura en papel
La biblioteca que Miguel Díaz Negrete ha donado a la Fundación Alvargonzález incluye revistas y libros heredados de su padre que se remontan a 1909
Miriam Suárez | La Nueva España, 2010-04-13

Miguel Díaz Negrete tuvo su primer flechazo con un libro cuando estudiaba la carrera en Madrid. Quedó prendado de dos tomos sobre palacios españoles que, a ojos del que se convertiría en uno de los arquitectos asturianos más reputados de la segunda mitad del siglo XX, «eran una preciosidad, se veían unos edificios y un mobiliario impresionantes». Ese libro pasó a formar parte de una biblioteca tan impresionante como los palacios que reproducía, ahora donada a la Fundación Alvargonzález.

«Durante la carrera, visitaba con frecuencia una distribuidora que ya vendía a mi padre y en la que yo tenía una especie de cuenta. Siempre que iba, me quedaba mirando ese libro. Me tenía enamorado», cuenta Díaz Negrete. «Al terminar Arquitectura, el propietario me dijo "sé que te gusta, llévatelo". Entonces, no me lo podía permitir, pero él estaba convencido de que yo empezaría pronto a trabajar y podría pagárselo», prosigue. Acertó de lleno. Miguel Díaz Negrete, autor de algunos de los edificios más representativos de Gijón, no ha dejado de firmar proyectos en sus 63 años de ejercicio profesional.

La anécdota da una idea de la importancia personal que para Miguel Díaz Negrete tiene la donación que acaba de hacer a la Fundación Alvargonzález. Aunque la importancia de su fondo bibliográfico es, ante todo, intelectual, ya que incluye más de 3.000 volúmenes sobre arquitectura de todos los tiempos y modalidades. Los responsables de la Fundación Alvargonzález, de hecho, manejan el material recibido «como algo único».

El arquitecto gijonés hace un inciso: «Esta biblioteca ilustra cómo evolucionó la edificación desde principios del siglo XX hasta ahora. Es el patrimonio de dos generaciones». El que heredó de su padre, Avelino Díaz Omaña, que fue arquitecto municipal del Ayuntamiento de Gijón en los años treinta. Y el que el propio Miguel Díaz Negrete ha ido acumulando durante una vida profesional que todavía hoy, a sus 90 años recién cumplidos, mantiene activa. «Conservo libros de 1909», apunta.

Pero «la estrella» de su biblioteca es una recopilación de la «Revista Nacional de Arquitectura» que comienza con su primer número, publicado el 15 de mayo de 1918. «No sé si en España habrá otra colección como ésta», señala Díaz Negrete. «También hay una colección muy buena de libros de pintura y escultura. Y libros sobre construcción metálica y de madera, algo de arquitectura deportiva, publicaciones francesas, alemanas, de Estados Unidos... Siempre me ha interesado conocer lo que se movía en el resto de España y en el extranjero. Aquí está la arquitectura mundial de los últimos cien años», explica.

La mayor parte de esos libros y publicaciones ya se encuentra en el local que la Fundación Alvargonzález ha acondicionado expresamente para la biblioteca de Díaz Negrete. Se trata de un espacio de 40 metros cuadrados, situado junto a la sala de exposiciones que esta entidad benéfico cultural tiene en la calle Óscar Olavarría de Cimadevilla. Se abrirá al público en cuanto se termine de catalogar el material, dentro de dos o tres meses.

La Fundación Alvargonzález se dedica a la promoción y desarrollo de estudios e investigaciones sobre temas sociales, científicos y culturales, sin limitación geográfica. Si Miguel Díaz Negrete pensó en esta institución gijonesa para donar su biblioteca fue porque «soy amigo de Juan Alvargonzález desde el Bachillerato, lo consideró de gran interés y estoy convencido de que le darán buen uso».

También barajó la opción del Colegio de Arquitectos de Asturias, pero «se trata de una entidad bicéfala, que tiene sus servicios principales en Oviedo, y yo quería que esta biblioteca se disfrutase en Gijón». Miguel Díaz Negrete siempre ha estado estrechamente vinculado a la ciudad en la que nació. Su padre diseñó la emblemática Escalerona del muro de San Lorenzo. Él se empleó a fondo en El Molinón y la Escuela de Fútbol de Mareo, obras igualmente arraigadas en la sociedad «playa».

El edificio de la Caja de Ahorros de Álvarez Garaya, «las 1.500» de Pumarín o la iglesia de los Padres Carmelitas en Begoña también llevan su nombre. Los proyectos de Miguel Díaz Negrete dibujaron muchos de los trazos del actual paisaje urbano de Gijón, donde acaba de colocar el moderno gimnasio del Colegio de la Asunción y el nuevo bloque de viviendas de la llamada «manzana reseca». Un legado a pie de calle al que suma, con su donación a la Fundación Alvargonzález, el gran patrimonio bibliográfico que hasta ahora atesoraba en su despacho de la calle Begoña.

«Quería que se conservase. Espero que le sea de utilidad a mucha gente», comenta. Todavía ayer, recibía el último número de la revista «Arquitectura Viva», que anunciaba en su portada un amplio reportaje sobre museos del mundo. Es la última publicación adquirida por Miguel Díaz Negrete, pero no la última que aportará a la biblioteca que va a llevar su nombre en Cimadevilla.

El patrimonio de dos generaciones

-La donación de Miguel Díaz Negrete está formada por más de 3.000 volúmenes. Se podrán consultar en un local habilitado expresamente por la Fundación Alvargonzález en la calle Óscar Olavarría.

-El fondo bibliográfico incluye las revistas y libros que heredó de su padre, el también arquitecto Avelino Díaz Omaña. Se remontan a principios del siglo XX.

-La «estrella» es una colección de la «Revista Nacional de Arquitectura», desde su primer número, que salió a la venta el 15 de mayo de 1918. Hay muchas publicaciones extranjeras y también destaca el material recopilado sobre pintura y escultura.

Fuente | La Nueva España

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