Imagen: El Mundo
Antón García-Abril: 'La estética en la arquitectura sólo es abordable cuando se parte de la ética'Hemeroscopium, en Las Rozas, una de las casas más sobresalientes de Madrid
Jose F. Leal | Itxaso G. Navidad | Mario Viciosa | El Mundo, 2010-06-04
Antón García-Abril combina una rara mezcla de vocaciones: por un lado, la arquitectura, actividad que define como una disciplina entre científica y humanística, y, por otro, el periodismo, que practica desde hace doce años en semanario El Cultural, de El Mundo, balcón que le ha permitido acercarse a los grandes de su gremio, valorarlos, entrevistarlos. Su carrera como arquitecto aún es corta y no vinculada al 'boom' inmobiliario de los últimos años, pero en agosto será uno de los dos estudios españoles presentes en la 12 Bienal de arquitectura de Venecia, junto a Selgas&Cano.
Quizá por eso no le cuesta reconocer entre sus referentes a tres de los arquitectos del momento: el chileno Smiljan Radic, el suizo Peter Zumpthor -Pritzker 2009- y el holandés Rem Koolhaas, de quien admira "su capacidad para cambiarlo todo", hasta el punto de colarse en su casa de Burdeos.
Tal vez también por esa ausencia de complejos que admira, o por su juventud y ese ángulo entre científico y curioso desde el que ataca la práctica de la arquitectura, se permitió el lujo de diseñar durante dos años el proyecto que más resonancia le ha generado hasta la fecha: la Casa Hemeroscopium, su propia vivienda, todo un ejemplar de arquitectura brutalista, desde el punto de vista de la exposición cruda de los materiales -hormigón, acero y vidrio-, que a los ojos del viandante (especialmente de los de sus vecinos) se presenta como una especie de vástago amorfo o deconstrucción de la facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense, edificio conocido como 'el búnker'.
Pero, lejos de la deformidad, el diseño de la residencia de García-Abril parte del cálculo minucioso. Su estructura toma la hélice como principio activo, pues aunque su geometría no sea circular, el vuelo de sus vigas apoyadas una en la otra, sí la reproduce, formando una estructura helicoidal que se remata con una piedra de 20 toneladas que "representa la condición gravitatoria de la casa".
"Esta concepción -explica- es la que generado un espacio totalmente abierto, transparente, permeable, que contradice la pensatez que muchas veces se puede percibir a través de esos grandes trazos estructurales cuando, sin embargo, lo que se ha buscado es una enorme ligereza espacial".
La planta de la vivienda se inscribe en un cuadrado de 22x22 metros pero el espacio interior no ocupa más de 200 metros cuadrados en las dos plantas y sólo tiene tres divisiones: un salón, cocina y habitaciones.
Su construcción sólo llevó 7 días, ya que las vigas de hormigón prefabricado, las mismas que se usan en los puentes y viaductos, y el resto de materiales sólo hubo que transportarlos.
Cada habitación está diseñada para captar la luz de forma natural, abiertas a un patio central que juega con sombras, luces y el agua de una piscina. En la planta superior se ubica una segunda piscina de 25 metros con forma de U, quizá el elemento más vistoso del inmueble, pero con una utilidad más estética y deportiva que ociosa.
Negocio vs Arquitectura
García-Abril establece una radical división entre la Arquitectura y el mercado inmobiliario. Para empezar, porque "el negocio inmobiliario ha generado unos sistemas urbanos diseñados únicamente para alimentar y satisfacer ese mismo negocio inmobiliario", utilizando la arquitectura como "esa guinda que hay en una gran tarta que tan sólo simboliza la ciudad, pero que la hace".
En lo que se refiere a los ciudadanos, en cuanto consumidores de viviendas, cree que "han sido engañados repetidamente", pues se les ha hecho creer que la vivienda "podía ser un activo inmobiliario o financiero, cuando solo se trata de 'nuestra casa', nuestra ciudad, nuestras dotaciones, esas que vamos utilizar durante toda nuestra vida". Por eso, apela a que el mercado retome el sentido común y, con él, la ética, pues "si recuperamos la ética siempre viene la estética", pues aquella es "una condición absolutamente necesaria para abordar las cuestiones estéticas".
"Sigo siendo muy optimista, y creo que los arquitectos pueden intervenir en las ciudades, cosa que no ha sucedido en los últimos diez años, y que los aspectos puramente empresariales cogerán su proporción justa". Eso permitiría que "el negocio dejara de acaparar y utilizar todos los recursos físicos, humanos, de suelo, algo que se ha demostrado -curiosamente- que no ha sido un buen negocio".
Para García-Abril, hijo de uno de los compositores más prolíficos y laureados de la música patria- la construcción de las ciudades se debe abordarse al revés de como se ha hecho hasta ahora. Un trabajo en el que los arquitectos deberían implicarse, un ámbito, el del urbanismo, que "ha estado fuera de la profesión y muchas veces del interés de los propios profesionales".
Fuente | El Mundo
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