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El Mundo, 2010-12-30
Hace 150 años, Madrid tenía una extensión de 800 hectáreas y sus límites coincidían con el río Manzanares, por un lado, y la Puerta de Alcalá, por otro. La ciudad crecía y necesitaba modernizarse. El debate estaba servido: reformar el centro urbano o ensancharlo. En 1860 el ingeniero y arquitecto sevillano Carlos Mª de Castro presentó el anteproyecto que, con el tiempo, fue conocido con su nombre y dio a Madrid una nueva dimensión.
De sus trazos surgió el primer Ensanche de Madrid, que pergeñaba nuevos barrios como Salamanca o Chamberí, Retiro o Argüelles. Ahora, el Ayuntamiento de la capital ha creado un especio en su web (www.munimadrid.es/urbanismo) donde rescata la labor de De Castro y recoge toda la documentación sobre el proyecto: una cronología y los planos de ejecución, entre otros valiosos escritos.
Además, en el espacio habilitado en la web municipal los ciudadanos podrán formular preguntas a técnicos municipales, arquitectos y urbanistas relacionadas con este hito del planeamiento urbano de Madrid.
A la altura de Cerdá o Haussmann
El Ensanche de Carlos María de Castro es de extraordinaria importancia para la evolución de Madrid, al igual que el de Ildefonso Cerdá para Barcelona, o el del Barón Haussmann, en el caso París. Todos ellos impulsaron a finales del XIX un proceso de transformación de sus ciudades, ante la incomprensión de parte de sus contemporáneos.
Hace 150 años, Madrid estaba limitado por los estrechos límites físicos que le marcaba la antigua cerca construida por Felipe IV en el siglo XVII, en cuyo interior vivían más de 200.000 habitantes. La ciudad así configurada no tenía capacidad para responder a las necesidades de la capital del Estado en los albores del siglo XX, y con escasez de viviendas y deficientes condiciones higiénico-sanitarias.
Los expertos en urbanismo se debatían entonces entre extender la ciudad fuera de sus cercas y murallas o una reforma interior. Dicho debate que concluye con la elaboración del Plan Castro, que transformaría físicamente la ciudad, triplicando el espacio urbano, que pasó de tener 777 hectáreas en 1.850 a 2.294 a finales de siglo.
Un modelo nuevo
Con el Plan Castro, se planificó por primera vez un modelo de ciudad nuevo, que contribuía a alcanzar cinco grandes objetivos urbanísticos y sociales: en primer lugar, mejorar la calidad de vida de los habitantes de Madrid, al concebir un modelo urbano y residencial más sostenible, que incrementaba notablemente las condiciones higiénicas.
Castro sentó las bases generales de los nuevos principios de edificación en Madrid, como la altura de los edificios, la forma y configuración de las manzanas, la anchura de las calles o la ventilación y condiciones higiénicas de los edificios.
Su obra redimensionó el espacio urbano para responder al flujo migratorio de la ciudad, que provocaba graves hacinamientos. Además integró las nuevas infraestructuras en la ciudad y la hizo más eficaz, pues planificó las áreas de actividad económica.
Pese a que la aplicación material del Plan Castro terminaría desvirtuando algunas de las propuestas originales de su autor, desde la perspectiva que dan los 150 años transcurridos, para el ayuntamiento de Madrid "existen hoy pocas dudas de que constituye el primer gran esfuerzo de modernización de la ciudad". De hecho, los barrios surgidos del Ensanche de Castro –entre ellos, los de Salamanca, Retiro, Chamberí o Argüelles construirán la imagen del Madrid del siglo XX.
Fuente
150 años del Plan Castro, el proyecto que triplicó el tamaño de Madrid
Con él arrancó el nacimiento de barrios como Salamanca, Argüelles o Chamberí. La capital pasó de ocupar 800 hectáreas a 2300 en apenas 50 años después. Madrid rescata y muestra la obra del ingeniero Carlos María de Castro. La ejecución del Plan terminaría desvirtuando algunas de las propuestas originales de su autor.
El Mundo, 2010-12-30
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