Fotografía: Deia, 2010-04-19
Espectacular AlhóndigaEl viejo almacén abre sus puertas a las visitas guiadas después de ocho años de obras. La piscina, el solarium y las columnas del atrio son las partes más llamativas de un edificio que no deja indiferente
Olga Sáez | Deia, 2010-04-20
Se ha dicho casi todo de la Alhóndiga. Fechas de inauguración, materiales, diseño, distribución, el cocinero, los cines, metros, altura... Pero faltaba verla por dentro. Ayer tuvo lugar la primera visita al edificio de Bilbao que probablemente habrá suscitado más curiosidad en los últimos años -la inauguración será el próximo 18 de mayo-. En el recorrido, DEIA ha querido ser los ojos de los lectores para mostrar el almacén de vinos convertido en un magnífico centro de ocio. Lo más llamativo: la piscina y el solarium; lo más espectacular, las columnas del atrio.
El interior de la Alhóndiga es como un laberinto en el que todo el mundo está deseando perderse para descubrir la transformación experimentada a lo largo de estos últimos ocho años en el céntrico edificio de Bastida, del que se han conservado únicamente sus fachadas.
La llegada de los visitantes se producirá directamente al atrio, un espacio de seis mil metros cuadrados que el diseñador del complejo de ocio, Philippe Starck, ha querido convertir en una prolongación de la ciudad. Al atrio se puede llegar desde diferentes calles, incluso atravesarlo para dirigirse a uno u otro lado del centro de Bilbao.
Starck se enamoró del proyecto AlhóndigaBilbao y de la ciudad a primera vista. Fruto de esta relación nace un espacio urbano, singular, sobrio pero original y lleno de sorpresas que no deja indiferente a nadie.
Y es que, Philippe Starck ha logrado construir un espacio abierto inclasificable. Así, en la primera planta a pie de calle se puede tener una visión de conjunto de los 40.000 metros cuadrados que tiene el edificio y que distribuyen sus usos con tres edificios hacia arriba y dos semisótanos.
El atrio, zona de paso El atrio muestra los tres edificios que se han construido en el interior: actividades físicas, actividades complementarias y medios audiovisuales. Una de las partes más llamativas en este gran atrio son las 43 columnas de tres metros de altura y entre 300 y 8.000 kilos que sujetan los tres edificios, pero que también repasan la historia de las diferentes etapas arquitectónicas de la humanidad. Columnas chinas, de estilo clásico y más modernas ofrecen una imagen grandiosa. También desde este atrio se puede contemplar el suelo de la piscina que se encuentra en la última planta. Para ello se ha utilizado vidrio que permita pasar la luz y crear movimiento gracias al agua, la luz y el sonido. Desde el atrio hay acceso a la mediateka , al centro de actividad física y a los semisótanos. Además, se encuentra un espacio para la restauración (buffet, cafetería y restaurante). El responsable y jefe de cocina es Ricardo Pérez.
Desde el atrio, la visita guiada se acerca al primer semisótano. Las paredes son de hormigón, material que ha utilizado Philippe Starck para crear un efecto de roca. En este espacio se van a realizar todo tipo de cursos en un futuro, e incluso tendrán cabida conciertos. Desde ahí se accede al auditorium. Tiene capacidad para 400 personas y se presenta como un espacio apropiado para danza, teatro o festivales. Tiene un tamaño medio y es de líneas sobrias. El auditorium pretende completar la oferta de la ciudad de manera que en él tengan lugar programaciones diferentes que se aprovechen de la tecnología avanzada que se utilizará en todo el edificio. En este semisótano se encuentra también la sala de exposiciones, 1.200 metros cuadrados en un espacio de luz muy blanca en contraste con la iluminación del resto del edificio que es más bien tenue. Desde aquí se accede al segundo semisótano donde se encuentra la sala Bastida, la única que tiene un nombre propio en memoria del arquitecto que creó el edificio en 1909.
Se trata de una sala polivalente y moderna de 226 metros cuadrados y que, con forma de uña, albergará exposiciones y conferencias, cursos y otros eventos. En este sótano, se encuentran también los cines. Mil butacas para acoger la oferta de cines de autor, cine latinoamericano y europeo que apoyen la programación que ya tiene Bilbao. Son ocho salas diferentes.
Seis salas para actividad física En el primer y segundo piso se ubicará el espacio destinado a la actividad física. Además de disponer de una zona en la que se acomodarán 180 máquinas de última generación, se han distribuido seis salas entre los dos pisos con el objetivo de impartir cursos de diferentes actividades físicas. Cualquier bilbaino tendrá acceso a este recinto con el carné de Bilbao Kirolak y si una persona quiere hacer uso de las instalaciones sin estar empadronado en Bilbao podrá hacerlo pagando una tarifa diferente. El acceso a la mediateka es similar y se alza en los tres pisos. Es un nuevo concepto de biblioteca que nace con la ilusión y el compromiso de poner al servicio de los usuarios una forma diferente de vivir la cultura. Un espacio adonde se podrá llevar a los niños a leer sin que molesten, salas de ordenadores, un lugar para practicar idiomas, seguir un cómic o escuchar a un Nobel de Literatura... o, simplemente, leer.
El restaurante Yandiola se distribuye entre los pisos dos y tres, para llegar al colofón de Alhóndiga Bilbao: una enorme piscina de 6.000 metros cuadrados, al igual que el atrio con acceso a una terraza desde la que se divisa Bilbao. Una zona luminosa, amplia y que transmite una sensación placentera.
Fuente | Deia
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