La construcción de la parroquia del barrio de Riberas de Loiola continúa avanzando. El martes se retiraron los andamiajes, dejando ver la vidriera del templo, diseñada por Rafael Moneo.
Harri Fernández | Noticias de Gipuzkoa, 2010-09-30
Imagen: Noticias de Gipuzkoa
Se dice que cuando se cierra una puerta, alguien abre una ventana. Algo así ha pasado en la parroquia de Riberas de Loiola, puesto que, aún no teniendo sus puertas al público, sí que se ha abierto un ventanal. El martes retiraron un andamiaje del templo, que todavía se encuentra en construcción, sacando a luz la vidriera que está situada en la parte alta de la fachada sur del edificio. Los viandantes que pasean por el río o se acercan a la iglesia procedentes de Amara pueden ver un vitral de 45 metros cuadrados diseñado por el arquitecto Rafael Moneo, quien también es el autor de la iglesia, que se denomina parroquia de Iesu.
El alabastro, un tipo de piedra blanca translúcida, ha sido el material elegido por Moneo para realizar su obra. No obstante, el ventanal cuenta con cuatro motivos hechos con cristal: una cruz que representa la imagen de la propia iglesia, un sol y dos figuras de la luna, en fases distintas. Bajo estas figuras, están representados mediante números romanos los doce meses del año. "La lectura es un poco abstracta, hay que mirar con los ojos del que busca", comentó Jesús Mari Zabaleta, actual párroco de Loiola y futuro responsable de la parroquia de Riberas.
El sacerdote, en palabras a este periódico, explicó que si bien "cada uno puede hacer la lectura que le parezca oportuna", en su opinión la imagen de la vidriera es un intento de Moneo de poner "la cruz en el centro del tiempo y el cosmos".
Aun y todo, Zabaleta destacó otra peculiaridad de la obra del arquitecto navarro. La vidriera cuenta en su exterior con unas contraventanas "estáticas" de madera que se mantienen sin cerrar, lo que representa "un gesto de apertura, un gesto de acogida". "Yo creo que Moneo ha querido hacer un guiño a esa idea. Es una ventana abierta, donde hay una vidriera con esos símbolos", apuntó el párroco.
Alabastro: Un punto románico
En la arquitectura románica, que tuvo su desarrollo entre los siglos XI y XIII, era común el uso del alabastro en las ventanas. En este periodo artístico, el diseño de las estructuras hacía que las paredes fuesen las que soportasen todo el peso de las construcciones, con lo que no podían hacerse grandes perforaciones para abrir un vano. Las grandes y coloridas vidrieras de cristal, vendrían con el gótico (entre los siglos XII y XV), cuando el peso de los edificios recaía sobre las columnas, liberando así las paredes y permitiendo grandes ventanales.
Fue el mismo Moneo quien aseguró, en una visita guiada al templo realizada el 19 de julio, que su obra tenía algunos rasgos góticos, dado que por la verticalidad del edificio "la mirada lleva al cielo". Para la vidriera, no obstante, en vez de usar el clásico cristal cromado, se ha valido de alabastro, procedente de la localidad navarra de Cintruénigo, otorgando, quizá, una pincelada de rasgos románicos al templo donostiarra.
La vidriera, además, cuenta con "unos tonos" que enriquecen el juego de luces dentro de la iglesia. Zabaleta apuntó que la mejor manera para apreciar esta obra y sus efectos lumínicos es viéndola desde el interior, puesto que por fuera es "una vidriera neutra". "La luz entra en la iglesia, por lo que la mirada de la vidriera ha de ser por dentro, con la luz que recibe. No percibimos cómo la luz penetra salvo que se esté dentro del templo", aseveró Zabaleta.
Sin fecha de inauguración: Conjunto artístico
El templo cuenta con una planta en forma de cruz, en la que hay asiento para 400 personas, junto a otro edificio con forma de L. En uno de los brazos de la iglesia se encuentra situado un órgano construido por Klais de Bonn. El retablo lo realizará Alkain, mientras el escultor José Ramón Anda es el encargado de esculpir la efigie de la Virgen. Por otra parte, el artista Prudencio Irazabal también aportará algo al proyecto. Todos estos elementos, junto con el propio edificio, conforman un gran conjunto de inigualable valor artístico.
No obstante, después de tres años desde que comenzó su construcción, falta todavía tiempo para que la parroquia de Iesu se abra a un público que pueda disfrutar tanto del culto como del arte. Zabaleta afirmó que aunque los trabajos avanzan día a día y "se van dando pasos", aún faltan algunas mejoras, y no se puede confirmar ninguna fecha para su inauguración.
Faltan pues unos meses hasta que los vecinos de Riberas de Loiola puedan disfrutar de una parroquia propia. Pero cuando cuenten con ella, podrán estar orgullosos de tener uno de los pocos templos que a parte de sus puertas, también tiene una ventana permanentemente abierta.
Fuente | Noticias de Gipuzkoa
No hay comentarios:
Publicar un comentario