El dormitorio deja de ser íntimo y se va llenando de aparatos y actividades que obstaculizan el descanso y la sexualidad
Mirar el correo antes de acostarse tiene el efecto de un café doble. Los expertos recomiendan bajar el ritmo dos horas antes de dormir. El 67% de los estadounidenses se va a la cama con su teléfono. Tener televisor en el dormitorio reduce las cópulas un 50%, dice una sexóloga.
Javier Martín, 2010-09-30
Imagen: El País
A la cama, históricamente, se va para dos cosas: para dormir y para la otra. Ambas actividades del dormitorio parecen ir en retroceso ante la invasión del móvil y los ordenadores portátiles, sin olvidar el televisor, la bicicleta estática o del perro con morriña. Dormir en el dormitorio se está poniendo difícil (lo otro, imposible). Antes de apagar la luz de la mesilla, lo último que hace uno de cada cinco norteamericanos no es despedirse de su pareja sino chequear su correo electrónico. Y lo primero al levantarse no es lavarse los dientes, sino chequear su correo. Estos hábitos no son cuestión masculina, también cae la mujer en la rutina del correo, aunque en menor medida (16% frente al 21%), según un estudio de Harris Interactive.