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Regreso a la Sagrada Familia... y "mea culpa"
Dar con un artista que pueda afrontar la Fachada de la Gloria es un reto. Si la arquitectura es espacio y luz, esto es Arquitectura en mayúscula. Si hace 50 años nos hubiesen hecho caso, esta maravilla no existiría hoy.
"Es el mejor edificio religioso de los últimos tres siglos", sostiene el autor.
Oscar Tusquets Blanca | El País, 2011-01-04
El autor del artículo, arquitecto, pintor y diseñador, instigó un manifiesto en los sesenta contra la continuación de las obras de la Sagrada Familia. Pero tras una reciente visita al templo, revisa su oposición a los trabajos recién terminados.
A principio de los sesenta, aún en la universidad, fui uno de los instigadores de un manifiesto abiertamente contrario a la continuación del templo de la Sagrada Familia que contó con el apoyo incondicional de toda la intelligentsia de la época, de Bruno Zevi a Julio Carlo Argan, de Alvar Aalto a Le Corbusier. Aunque tras su publicación la reacción fue contundente y las obras en vez de detenerse cobraron nuevos bríos, continuamos convencidos de que constituían un error monumental.
Ahora, tras la consagración papal del templo, me he replanteado la cuestión. Mis dudas comenzaron cuando veía levantar la majestuosa nave central. Mi rechazo se tambaleó algo más cuando Alfons Soldevila -excelente arquitecto de avanzado lenguaje tecnológico- me aseguró que si conociese profundamente la obra cambiaría de opinión, que era el edificio más importante del siglo XX y que estaba dispuesto a demostrármelo. Invitación que he aceptado para escribir estas líneas con conocimiento de causa. He visitado el templo de abajo a arriba (más de 60 metros de altura) con Alfons y Josep Gómez Serrano -uno de los arquitectos directores de su estructura- y he quedado anonadado.