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Sonsoles Vidal Bello | El Imparcial, 2011-05-01
En 1930, los estudiantes de la Universidad de Princeton que acudieron a las Kahn lectures tuvieron el privilegio de escuchar la palabra del evangelio de Wright, su “fe” particular; y se impregnaron de ella, debatieron, pero sobre todo aprendieron que, con sus ideas pioneras (algunas, empero, no tanto), otra arquitectura para América era posible: la arquitectura “orgánica”. Ochenta años después, llegan editadas hasta nosotros esas interesantes conferencias, acompañadas de una completa puesta en contexto, y en ellas se presentan conceptos que no han perdido, hoy, un ápice de modernidad.
La arquitectura orgánica de Wright se basa en la creación de espacios humanos que armonicen con la naturaleza. Se trata de “vincular el edificio con su emplazamiento”. Solo lo realmente significativo tiene lugar: hay que reducir a lo indispensable el número de partes y habitaciones, así como la ornamentación, creando amplitud interior y un espacio más liberal. La plasticidad es esencial; debemos perseguir el uso de “un único material” e incorporar tanto las instalaciones de calefacción, iluminación y cañerías como el mobiliario, siendo “…partes constitutivas del propio edificio y formando una unidad con él”. Además, en su idea de arquitectura la imitación no tiene cabida, y los estilos tienen que desaparecer y dejar de reproducirse incansablemente para dar paso al Estilo y a la originalidad, pudiendo así desterrar elementos dispensables, de estética infundada y dictada por lo que él llama Doctor de las Apariencias, que ni son hermosos ni tienen utilidad, como es el caso de su odiada cornisa, a la que augura la muerte desde el momento en el que deja de actuar como techo-refugio. Pero esta nueva arquitectura necesita el apoyo del buen uso de la máquina y asimismo de la educación; para lo que propone escuelas de Bellas Artes-centros de “estilo” industrial, una Bauhaus rural, aliada de las industrias y que sería autosuficiente trabajando la tierra, diseñando y produciendo artículos valiosos y objetos prácticos, idóneos para ser reproducidos en serie.
Finalmente, Frank Lloyd Wright propone una nueva ciudad descentralizada, la Broadacre City, en la que la congestión y la superconcentración desaparecerán y donde la “tiranía del rascacielos” y su explotación comercial como espacio destinado al alquiler no existiera. Esta nueva ciudad encontraría su lugar dispersa en el campo y, en la horizontalidad, con ayuda del trasporte y las telecomunicaciones, sería más humana; y las personas satisfarían su instinto de reunión en sus propias casas o en las estaciones de servicio, que se convertirían en centros comerciales, zonas de recreo y concentración cultural. También plantea posibles soluciones para la ciudad, tan innovadoras que, en la actualidad, alguna se implanta en la Masdar de Foster+Partners, como es el caso de las calles a más de un nivel.
En las páginas de este libro, Wright nos habla en definitiva de lo que para él son conceptos absolutos de Estilo y de Belleza y de lo que es verdaderamente una arquitectura por y para el hombre, la arquitectura orgánica.
Fuente
Frank Lloyd Wright: Arquitectura moderna
Sonsoles Vidal Bello | El Imparcial, 2011-05-01
PUBLICACIONES
Arquitectura moderna / Frank Lloyd Wright ; introducción de Neil Levine.
En la port., además: The Kahn Lectures. Princeton 1930
Serie: Estética (Paidós) ; 50
Barcelona [etc.] : Paidós, 2010.
248 p. : il.
ISBN 9788449324420*
Materias:
Arquitectura - Filosofía.
Biblioteca A-72.01 ARQ
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