Imagen: El País |
El instituto de Rafal demuestra también la necesidad de renovar los modos vigentes de planificación territorial
David Cohn | Babelia | El País, 2011-09-03
Frente a los propósitos excesivos, la arquitectura cada vez pide más a su entono. Ahora todos hablan de la sostenibilidad. La filosofía pasa por enriquecer la vida a un nivel local y cotidiano en modestos barrios residenciales
Fin de ciclo, fin de una era: nada ilustra mejor el cambio de rumbo en la arquitectura actual como el espectáculo de Santiago Calatrava respondiendo ante un juez por los excesos y opacidades de sus honorarios en el caso de la Ópera de Palma de Mallorca. Se cierra como se puede otro proyecto desbordado en concepto, tamaño y presupuesto, la Ciudad de la Cultura de Peter Eisenman, y otros grandes proyectos se desvanecen. ¿Sigue con vida la Ciudad del Flamenco de Herzog y De Meuron para Jerez de la Frontera, anunciada en 2003? ¿O el Palacio de Congresos de Córdoba de Rem Koolhaas, de 2002? Sus promotores insistirán en que sí, mientras las probabilidades de su culminación disminuyen cada año que pasa.