2008/10/19

prensa | Cuando los arquitectos hablan de arquitectura

  • Cuando los arquitectos hablan de arquitectura
  • Ángel S. Harguindey | El País, 2008-10-19
No es frecuente que los artistas hablen de los artistas, y mucho menos que elogien a compañeros de profesión vivos. La serie de DVD 'Arquitecturas', que ahora edita en España Editrama, reúne a 19 arquitectos que comentan algunos de los edificios que consideran ejemplares.

Comprender nuestros paisajes, nuestros territorios y los edificios que nos rodean, los que frecuentamos, las disposiciones, las esquinas y las galerías constituye un método infinitamente rico de contar la historia, las elecciones de los poderes, las elecciones de la sociedad, los conflictos, los sueños y las utopías de cada uno. Para cada muro hay una infinidad de historias, pequeñas y grandes, individuales y colectivas, alegres y trágicas, mediocres y utópicas. No es una metáfora. Es un ángulo de ataque, una manera de gustar y de analizar las aventuras humanas", explica Richard Copans, realizador cinematográfico y responsable, con Stan Neumann, de la colección Arquitecturas, de la cadena de televisión ArteFrance y Les Films d'Ici, serie de documentales que se realiza desde 1994. Ahora, Editrama edita en España una selección de sus DVD. Con un complemento: 19 arquitectos con estudio en Barcelona comentan otros tantos edificios emblemáticos en la historia de la arquitectura. Gonzalo Herralde ha filmado las introducciones de los arquitectos.

"El formato de la edición surge de una propuesta que hice hace ya más de dos años a diversas televisiones de España, y que era la participación de arquitectos españoles en la presentación y comentarios de los edificios de la colección producida principalmente por Arte y Les Films d'Ici", explica Herralde, y añade: "A pesar de reiteradas insistencias con los responsables de TVE, fue imposible llegar a un acuerdo, ni tan siquiera para la emisión de la serie sin presentaciones y comentarios. Televisión de Cataluña sí aceptó de inmediato la serie y el formato, y de ahí viene el que la totalidad de los arquitectos tengan estudio en Barcelona. Tampoco conseguí el apoyo del Ministerio de Cultura ni del Instituto Cervantes, y por ello también el apoyo institucional de la edición es catalán: el Institut Ramon Llull y el Institut Català de les Industries Culturals (ICIC). Espero que algún día esta situación dé un vuelco y una televisión de ámbito estatal, y que en principio debería ser TVE, emita la serie para toda España".

Alfredo Arribas, Ricardo Bofill, Oriol Bohigas, Robert Brufau, Juli Capella, Norman Cinnamon, Federico Correa, Carlos Ferrater, David Ferrer, Carles Francesch, Beth Galí, Jordi Garcés, Fernando Marzá, Josep Maria Montaner, Helio Piñón, Enric Steegmann, Benedetta Tagliabue, Óscar Tusquets y Fermín Vázquez son los 19 arquitectos que comentan los edificios que se incluyen en la colección de Editrama, comentarios que no siempre se circunscriben a arquitectos muertos, lo que habla en favor de la generosidad de los presentadores, hecho infrecuente en los gremios artísticos, tan proclives a los elogios a los difuntos y a los silencios sobre los vivos.

Para Fermín Vázquez, la estación Satolas-TGV de Lyon (1994), de Santiago Calatrava, "es un verdadero hito". Así lo explica: "Vi la estación hará unos cuatro años. La estación misma se mostraba como un verdadero hito. Era la búsqueda del espacio, del espacio vacío. Calatrava tiene esta peculiaridad de ser de los arquitectos que -de todo este nuevo formalismo en arquitectura que desde luego está afectando a la obra de mucha gente hoy día, y hasta su repercusión pública- reconocen abiertamente la voluntad escultórica en su obra. Este componente escultórico de una manera abierta, expresa, es un formalismo deliberado, y esto afecta a todas sus obras y creo que afecta a su éxito popular. Es un hombre muchísimo más admirado por la mayoría de la gente, gente de todo tipo, incluida la que le hace los encargos, que por sus colegas. Y es probablemente mucho más admirado fuera de España que en su propio país".

Óscar Tusquets habla sobre el Ayuntamiento de Säynätsalo (Finlandia, 1949), de Alvar Aalto: "La primera imagen que se me vendría a la cabeza pensando en Alvar Aalto es lo que se llamó la 'arquitectura orgánica', una arquitectura llena de curvas, de formas de la naturaleza, etcétera. Si vemos sus trabajos en vidrio, entenderemos a lo que me refiero. Es verdad que parte de sus edificios contienen formas de este tipo, pero en Säynätsalo no hay ni una curva. Aalto tiene una obra que no es repetitiva, pero tampoco divergente ni anárquica. Va aprendiendo y añadiendo lo aprendido a la siguiente obra. Vino de visita a Barcelona, y en este mundo donde los arquitectos se han vuelto tan antipáticos, Aalto es un recuerdo gratificante: un arquitecto absolutamente vitalista, bebía muchísimo, le gustaban las mujeres, el Mediterráneo, le gustaba pintar, y su visita a Barcelona fue histórica".

Otro de los grandes nombres de la historia de la arquitectura es el de Frank Lloyd Wright. David Ferrer explica su admiración por el arquitecto, del que selecciona el edificio Johnson, en Racine (Illinois, 1936): "Está a 40 kilómetros de Chicago. De repente, uno se encuentra con un monumento importantísimo que se ve desde todas partes. Es como llegar a París y ver la torre Eiffel. El edificio por fuera es casi una fortaleza. Muy cerrado, con una altura teles enormes, esas columnas finísimas y una luz muy misteriosa. Es un edificio muy fácil de explicar en maqueta, porque es sencillo. Creo que en arquitectura, cuanto más sencillo es el concepto, más excelente es, pero el concepto sencillo es el más difícil de encontrar. Éste es un edificio tecnológicamente muy complejo, pero el concepto es sencillísimo: un bosque de columnas con superficie vítrea y cierre. Wright es un arquitecto que nace en el siglo XIX, en 1865, y que tiene una capacidad de reinventarse cada equis años y de aferrarse de nuevo a la realidad del momento, apareciendo como uno de los más importantes arquitectos modernos. Reservando la palabra 'genio' para las personas que, de algún modo, han incidido en el transcurso de todas las disciplinas: de las ciencias, de las artes... reaencias, de las artes... realmente, Wright es un genio, de los pocos habidos en arquitectura".

La Escuela de Arquitectura de Oporto, de Álvaro Siza (1993), es la elegida por Beth Galí: "Para Álvaro Siza es un reto saltar de la tradición a la innovación, porque la tradición significa que se utiliza espacio, materiales, unos instrumentos que ya se han hecho, pero claro, innovando. Ese reto es el que él busca siempre, y lo busca de una manera como si no le costara mucho. Cuando veo su arquitectura me da una envidia tremenda. Vivir los edificios de Siza debe de ser, sobre todo para los estudiantes, una experiencia arquitectónica de vida y de conocimiento".

Oriol Bohigas reivindica la Bauhaus de Dessau y el edificio que realizó Gropius en 1926. "Gropius y el edificio de la Bauhaus son fundamentales en la historia de la arquitectura moderna. La idea de crear una escuela de diseño basada en la superación de la artesanía y, en cambio, en la aplicación de los principios del arte de alto nivel cultural, en la fabricación seriada de elementos, es algo muy moderno. Yo, desgraciadamente, estudié en la peor época del franquismo, y todo eso no era sólo desconocido, sino que estaba prohibido. La primera vez que oí nombrar a Gropius fue en una clase de materiales de construcción, hablando de la costumbre de utilizar mucho vidrio como un tal Gropius, que lo había hecho muchas veces. Los estudiantes fuimos investigando, no los profesores, y vimos que Gropius era fundamental en la fundación del movimiento moderno. Ésta es una de las propuestas formales más importantes y trascendentales: la pared de vidrio, algo que Gropius había probado antes en unas fábricas y que aquí demuestra una rotundidad y una integridad total".

Japón irrumpe de la mano de Robert Brufau, que presenta los Gimnasios Olímpicos de Yoyogi (1964), de Kenzo Tange: "Es una obra de ingeniería increíble, no sé hasta qué punto de Tange o de Tsuboi, que era su ingeniero, pero lo cierto es que entre los dos hicieron una gran obra. Vemos una estructura de dos grandes barras tensadas, potentísimas, separadas, si no recuerdo mal, por algo más de dos metros, que suben en paralelo por cada lado, pero que al llegar al pilar de hormigón empiezan a abrirse para facilitar que en la parte central de la gran nave haya unos 15 ó 20 metros de separación para una gran entrada de luz. Esos grandes cables, al llegar a la zona del público, se abren para formar esa entrada de luz y se aprovechan esos lugares para hacer las entradas, los accesos. La construcción fue otro aspecto, creo yo, fundamental de este edificio, porque era innovación total: edificios colgados y tensados como éste había entonces tres o cuatro en todo el mundo. Básicamente, era el gran momento para que Japón se incorporara a la modernidad. Lo más sorprendente de todo ello es la manera tan inteligente en la que conjugaron la tradición y la modernidad".

La serie incluye comentarios de Benedetta Tagliabue sobre el Guggenheim de Bilbao, de Frank Gehry; de Federico Correa sobre la Casa Milà de Barcelona, de Antoni Gaudí; de Jordi Garcés sobre el Centro Georges Pompidou de París, de Renzo Piano y Richard Rogers; de Carlos Ferrater sobre el Auditorium Building de Chicago, de Louis Sullivan; de Helio Piñón sobre el convento de La Tourette de Eveux, de Le Corbusier; de Josep María Montaner sobre la Caja de Ahorros de Viena, de Otto Wagner, o de Juli Capella sobre la Mediateca de Sendai, de Toyo Ito, entre otros.

prensa | Los edificios se despeinan

Edificio Vital, Vitoria-Gasteiz
ArkiDat Maps
  • Los edificios se despeinan
  • Lo orgánico, de factura industrial, redibuja nuevas fachadas arquitectónicas
  • Anatxu Zabalbeascoa | Madrid | El País, 2008-10-19

Cuando en los últimos Juegos Olímpicos se inauguró el estadio en forma de nido que los suizos Herzog & De Meuron habían tejido en Pekín, la huella de ese gesto tecnológico y orgánico ya estaba más que cimentada. Hace ya unos años que los edificios se están despeinando. Se apartan del orden cartesiano y quieren acercarse a la naturaleza. El alejamiento de las líneas rectas resulta espectacular. Pero no parece ser ése el objetivo de los nuevos gestos, pues llegan, además, con razones constructivas.

En el humedal de Salburua, en un parque periurbano que rodea Vitoria, Javier Mozas y Eduardo Aguirre levantaron la sede de Caja Vital. El edificio, sustentado en soportes quebrados con forma de cromosoma, buscaba evocar los bosques de chopos que crecen junto a las lagunas de aquel entorno. La imagen de un bosque en movimiento se oponía radicalmente al racionalismo gris que impera en los polígonos industriales de la zona. El inmueble trataba de dar así una respuesta arquitectónica a un entorno biológico, el del anillo verde que los propios Mozas y Aguirre habían diseñado. Por eso habló y por eso se hizo ver. Tanto que fue el lugar elegido para el atentado de ETA con coche bomba del pasado 22 de septiembre. Muchos vidrios se rompieron aquella noche y los soportes quebrados, revestidos de plancha de acero, guardarán para siempre algunas huellas de aquella metralla. Pero los empleados regresaron a trabajar al día siguiente.

También Juan Navarro Baldeweg ha sacado su caligrafía de artista a la fachada de su último edificio en Barcelona. Para el campus de Ciutadella de la Universidad Pompeu Fabra, el arquitecto santanderino ha levantado un edificio de seis plantas con una espectacular esquina atravesada de brise-soleils de aluminio lacado en rojo. Esa celosía orgánica y escultórica hace de puente entre los antiguos cuarteles militares y la nueva construcción. También rompe la separación entre el interior y el exterior del nuevo edificio al tiempo que la destaca. Las luces y los rayos solares, de dentro afuera y de fuera adentro, juegan entre las piezas encarnadas. Así, esa marca caligráfica no sólo hace hablar al edificio y al artista, también controla la radiación solar que recibe la esquina del inmueble con vistas al parque de la Ciutadella.

Las nuevas fachadas arquitectónicas indagan a la vez que expresan. Pero no quieren convertirse en la firma de sus autores. Así, ni Navarro Baldeweg prepara una hornada de fachadas caligráficas ni Mozas y Aguirre emplean siluetas cromosómicas en otras obras. Todos los edificios, incluso los que callan, hablan. Que algunos se esfuercen, y se despeinen en el esfuerzo, no debería darles miedo ni a los arquitectos más cartesianos.

Related Posts with Thumbnails