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Mínimo impacto ambiental y paisajístico en las construcciones de vanguardia.Ningún arquitecto de prestigio ha dejado de firmar proyectos en la capital alemana. El traslado del Gobierno alemán a la ciudad ejerció de 'efecto llamada' a los mejores arquitectos del mundo. Las paredes acristaladas y la luz cenital bastan para entender que la luz es un bien preciado en Berlín. En Wansee, el lago en el que los jerifaltes nazis disfrutaban de elegantes villas, vive hoy buena parte de la clase alta berlinesa.
Rosalía Sánchez | El Mundo, 2011-05-17
El mes pasado, Kevin Costner se compró una casa en el barrio berlinés de Händelalle, en pleno Tiergarten. Se trata de una casa de dos pisos diseñado en la década de los 60 y en el centro de la capital alemana que reúne las dos características básicas del mercado inmobiliario residencial de esta ciudad: la posibilidad de habitar espacios urbanos imbricados en la naturaleza boscosa incluso en pleno centro y unos precios cuya media ronda los 1.500 euros el metro cuadrado en viviendas de alto standing.
A esto hay que añadir que el traslado de la capital de Bonn a Berlín, que tuvo lugar en 2000, sirvió de efecto llamada a los mejores arquitectos del mundo. Durante la última década, no ha quedado un arquitecto de prestigio que no haya querido firmar un proyecto en Berlín y los inmuebles residenciales también se han beneficiado de ese lujo. Un rápido recorrido por la ciudad ofrece suficientes pruebas de ello.
Una de la de las obsesiones de la arquitectura residencial berlinesa el alejarse todo lo posible de las convenciones. A diez minutos caminando desde la casa de Kevin Costner encontramos una fabulosa vivienda flotantes instalada en un viejo barco 30 metros de eslora que una anterior reencarnación trabajó transportando grano y grava hasta 1944. El escultor americano Brad Hwang lo remodeló y convirtió en casa de forma que el Odin, ese es su nombre, es ahora una original vivienda flotante en la que se han solventado con bastante maestría la esperable falta de luz en la bodega gracias a un techo de cristal dotado de cubiertas automáticas de madera que permiten una sala de estar directamente bajo las estrellas.
Ciertas argucias decorativas, como el uso de butacas plegables estilo sala de cine, solventan la escasez de espacio y resulta imaginar que el hecho de dormir mecidos por el movimiento de las aguas del Spree es un plus a la hora de establecer el precio de esta vivienda que no está en venta, al menos hasta que la mujer de Hwang se niegue a seguir viviendo sin su tocador.
Del Odín a Glienicke
El Odin lleva décadas anclado en el mismo punto y de alguna manera forma parte del paisaje de Tiergarten. Ese es sin duda otro de los rasgos que buscan las viviendas de vanguardia en Berlín, el impacto mínimo ambiental y paisajístico. Y en ese apartado destacan proyectos como el diseñado por Pott Architects en Glienicke, a uno 20 minutos en coche desde la casa de Kevin Kostner. Es una muestra de la denominada 'arquitectura sostenible', cuyo objetivo es confundirse con el entorno.
Los grandes ventanales permiten que las cuatro estaciones entren en las zonas comunes de la vivienda de 360 metros, mientras que los dormitorios y baños están soterrados en la ladera de una colina. En Lichtenfelde encontramos también algún ejemplo de casa adaptada al paisaje, como la diseñada por el estudio Hamann, que se proyecta no en planta, sino en vertical y cuya entrada se sumerge en la tierra para respetar al máximo el claro del bosque.
Apenas hay que ver estas casas para darse cuenta de que la luz es un bien muy preciado en Berlín. Paredes acristalada, iluminación cenital, son algunos de los recursos que permiten aprovechar hasta el último rayito de sol que, especialmente en invierno, cuando anochece lo que en España son las 3 de la tarde, saben a gloria bendita. En Wansee, el lago oeste de Berlín en el que los jerifaltes nazis disfrutaban de elegantes villas y que donde hoy vive buena parte de la clase alta berlinesa, encontramos diseños característicos de este espíritu deprededador de la luz. Son las llamadas casas de cristal, en las que las familias viven felices en la transparencia más absoluta.
Slender Bender, 7 plantas de 'lofts'
Pero no hace falta alejarse del centro ni superar los 150 metros cuadrados para encontrar diseño y arquitectura de vanguardia en Berlín. Ahí tenemos los apartamentos Slender Bender, un edifico de 7 plantas vendidas en 'lofts' en el que la fachada ha sido recreada por Deadline con una estructura un tanto agresiva de vidrio y acero inoxidable, también con amplios ventanales.
Controvertido, original, el diseño de vanguardia que se ha hecho con los barrios más alternativos de Berlín sigue la estela de los apartamentos de Aldo Rossi y se pliega al principio que tiene a adjudicar un diseño único para cada individuo, una especie de dogma de fe en el que creen tanto los edificios más exclusivos como las nuevas viviendas de la Plaza Potsdam de Berlín, el espacio urbano en el que se instaló el primer semáforo europeo, en el que no quedó piedra sobre piedra tras la II Guerra Mundial y en el que hoy se levantan modernos edificios que responden a esas mismas premisas omnipresentes: luz, individualismo, originalidad. Otro máximo común denominador de la arquitectura residencial de Berlín es el 'loft', con el que volvemos al vecindario de Kevin Kostner.
La Torre Spreebogen
También en Tiergarten, junto al Spree, encontramos la torre de viviendas Spreebogen, vendida en platas diáfanas que disfrutan de una panorámica de 180 grados y la trayectoria solar desde que el astro rey asoma por el horizonte hasta que se hunde en el lado oeste. Es edificio está programado a través de internet, por lo que desde cualquier cuenta de correo electrónico y punto de la geografía global se pueden bajar las persianas, encender la calefacción o activar los paneles solares. Viviendas de alta tecnología que también tienen su papel en esta capital de la arquitectura europea.
Fuente
Berlín marca el paso de la nueva arquitectura residencial
Mínimo impacto ambiental y paisajístico en las construcciones de vanguardia.Ningún arquitecto de prestigio ha dejado de firmar proyectos en la capital alemana. El traslado del Gobierno alemán a la ciudad ejerció de 'efecto llamada' a los mejores arquitectos del mundo. Las paredes acristaladas y la luz cenital bastan para entender que la luz es un bien preciado en Berlín. En Wansee, el lago en el que los jerifaltes nazis disfrutaban de elegantes villas, vive hoy buena parte de la clase alta berlinesa.
Rosalía Sánchez | El Mundo, 2011-05-17 | IMAGENES
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