2006/02/08

prensa | El Nacional de Arquitectura rinde homenaje a Matilde Ucelay

El Nacional de Arquitectura rinde homenaje a Matilde Ucelay
Se licenció el 15 de julio de 1936, tres días antes del golpe de Estado del general Franco
Luis Alemany | Madrid | El Mundo, 2006-02-08

Un gritito de júbilo se escapó de la garganta, ya débil, de Matilde Ucelay (Madrid, 1912), la primera española que ingresó en una escuela de Arquitectura y la primera que se ganó su título después de completar su carrera en dos años menos de los que marcaba su plan de estudios, al saber que ganaba el Nacional de Arquitectura.

Ucelay supo este martes que el Ministerio de Vivienda había considerado que su larga trayectoria merecía el reconocimiento del Premio Nacional, el galardón que en otros años ha señalado las carreras de colegas suyos como Miguel Fisac o Antonio Fernández Alba.

"No me parece mal que se lea este premio en clave de género", explicó a EL MUNDO Javier Ruiz-Castillo, hijo de la arquitecta. "Ella fue la primera y hay un deber de reconocer lo que no se ha reconocido antes. Pero el mérito de mi madre es el de haber trabajado como una hormiguita día tras día".

Ruiz-Castillo recuerda divertido esa labor de hormiguita, esas "visitas de obra de mi madre en los años 50 y 60. Ella solita, en medio de todos los hombres: los albañiles, los electricistas, los fontaneros.... Y conseguía que la respetaran siendo muy femenina. Cuando podía, iba de Balenciaga".

El personaje de Ucelay, en realidad, no puede ser más sugerente. Hija de una pionera del teatro independiente, colaboradora ocasional de García Lorca, la arquitecta creció en el frágil pero orgulloso cauce del liberalismo español y de la Institución Libre de Enseñanza.

Ingresó en la Escuela de Arquitectura de Madrid en 1931 junto a Félix Candela y Fernando Chueca, cuando apenas eran conocidos los nombres de una o dos arquitectas en toda Europa: la irlandesa Eileen Green y la alemana Lili Reich.

Ucelay recibió su licenciatura el 15 de julio de 1936, tres días antes del golpe de Estado del general Franco. Las vísperas del alzamiento las vivió en medio del homenaje del Colegio de Arquitectos de Madrid a su primera afiliada, al que asistió Amós Salvador, ministro de Gobernación.

Más que suficiente para que el nombre de Ucelay apareciera en las listas de profesionales republicanos represaliados durante la posguerra y fuera apartada del ejercicio de la arquitectura durante cinco años.

"Ese ostracismo ha llevado a mi madre a volcarse en una vida al margen de lo público, volcada en la camaradería, en la amistad y en la arquitectura. Hasta ahora mismo ha querido eludir todo lo que tenga que ver con el reconocimiento público", explicaba el martes Ruiz- Castillo (nacido del matrimonio de Ucelay con José Ruiz-Castillo, un editor vinculado al núcleo de la Revista de Occidente).

Ese silencio llevó a la arquitecta a reiniciar su carrera bajo la firma de otros amigos y a ganarse una clientela entre la colonia extranjera que habitaba en España. "Los españoles no se fiaban de una mujer", explica su hijo.

Así se construyeron las obras más significativas de su currículo: la casa familiar de la Sierra, la Casa Oswald de Puerta de Hierro, la Casa Benítez de Lugo de Las Palmas de Gran Canaria...

"Mi madre ha sido una arquitecta muy cuidadosa, muy dedicada, muy entusiasta. Y con mucho empeño en los detalles constructivos. Los herrajes, los picaportes, las chimeneas...", recuerda el hijo de Ucelay. Un cuidado y un valor cuyo reconocimiento, por una vez, ha llegado a tiempo.

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