Rocío Peña - Arquitecta de Peña Ganchegui Asociados: "La Medalla de Oro a mi padre es una oportunidad para descubrir de nuevo la plaza de los Fueros"
El Ayuntamiento de Vitoria anunció esta semana la concesión de su Medalla de Oro, a título póstumo, a los autores de la plaza de los Fueros, Eduardo Chillida y Luis Peña Ganchegui. La hija del arquitecto, Rocío, encabeza el proyecto para recuperar este entorno y "volverlo a mirar".
Garikoitz Montañés | Noticias de Alava, 2010-01-31
"Estamos encantados". Rocío Peña Ganchegui se sintió "muy orgullosa" al conocer la concesión de la Medalla de Oro de Vitoria a su padre, Luis Peña Ganchegui, de forma conjunta con Eduardo Chillida. Sin embargo, considera que esta distinción no es la forma del Ayuntamiento de saldar una deuda con los autores de la plaza de los Fueros de la capital alavesa, sino que se trata de una forma de "poner en valor" una obra que quizá hasta la fecha ha pasado algo desapercibida. El estudio en el que trabaja como arquitecta Rocío, Peña Ganchegui Asociados, es precisamente el encargado de recuperar la idea original de este entorno. Este año, la plaza de los Fueros afronta una vuelta al pasado para lucirse en el futuro.
Antes que nada, enhorabuena por la concesión de la Medalla de Oro de Vitoria. ¿Cómo se siente?
En la familia estamos muy orgullosos. En la última fase de su vida es cuando más reconocimientos recibió mi padre, pero éste es muy diferente. Nunca había recibido la Medalla de Oro de ninguna ciudad. Que este hecho coincida con la recuperación de la plaza, además, tiene mucha simbología.
Con lo que se suele hablar de las rivalidades entre las ciudades y los territorios vascos, y a una persona muy vinculada a Gipuzkoa le llega el reconocimiento de Gasteiz.
Uff. Pues sí. Bueno, mi padre tiene diversas obras en Vitoria, como la iglesia de San Francisco, así que siempre fue una ciudad con la que tuvo relación. Y, por encima de los orígenes de una persona, está el trato. En el caso del premio, el Ayuntamiento de Vitoria se ha comportado de una forma exquisita.
Este premio se interpreta como una forma de saldar una deuda con Chillida y Peña Ganchegi.
No creo que sea una deuda. Estamos ante una obra en pleno centro de Vitoria, de un valor inmenso. Sin embargo, una serie de desencuentros han provocado que la ciudad quizá no se sienta lo suficientemente orgullosa de ella. Que sea ese tipo de sitio que los vecinos enseñan a los visitantes. Por eso este premio es una nueva oportunidad para redescubrir la plaza.
¿La redescubrimos porque la habíamos perdido?
La plaza ha aguantado muy bien el paso del tiempo, pero merece un repaso, volverla a mirar.
Parece que las diferencias entre los artistas y el Consistorio se centraron más en el entorno de la escultura que en el diseño arquitectónico. ¿Es así?
El cierre del espacio escultórico es el tema más sangrante, lo que más se ha reivindicado, pero era necesario actuar en la plaza para volverla a descubrir con actuaciones en temas de limpieza o iluminación.
¿Cómo era el trato entre Chillida y su padre? ¿En esta plaza se percibe donde acaba el trabajo de uno y empieza el del otro?
Eran amigos, y sentían una admiración mutua por sus trabajos. Seguro que habría dificultades al trabajar, pero creo que fue fácil que lo hicieran en la misma dirección. En este caso, la plaza de los Fueros recupera elementos de la Trinidad [una plaza de San Sebastián], un trabajo de mi padre que a Chillida le gustaba mucho. Así que creo que tenían claro qué buscaban y que fueron muy de la mano.
Usted participa en el proyecto para recuperar el diseño original de la plaza. ¿Qué siente al caminar sobre los pasos de su padre?
Esta intervención ha supuesto una oportunidad pare leer el proyecto, y es bonito descubrir esas cosas que quedan por detrás y que no aparecen en el trabajo final. De todas formas, la función de nuestro estudio ha sido, básicamente, desaparecer. Estaríamos encantados de que nuestra labor no se notara nada. Que aparezca lo que había.
¿En qué se notará el cambio?
El principal será el cambio de relación del espacio escultórico con su entorno, se reducirá la cota entre la escultura y el espacio arbolado, se mejorará la iluminación... Además, se va a intentar recuperar el Árbol de las libertades.
Lo que no se puede poner en duda de la plaza de los Fueros es su uso. Alberga conciertos, exhibiciones de herri kirolak, campañas de asociaciones...
Que se use tanto es algo genial para la plaza. Lo terrible sería que no fuera así. Pero lo importante es favorecer esos usos y cuidar los elementos de la plaza.
Llama la atención que, frente a la apuesta por un urbanismo modernista, en este proyecto se trate de un regreso al pasado. ¿Esta iniciativa va a contracorriente?
Es que no se reforma esta plaza porque tenga una crisis de uso o porque haya nuevas necesidades. La plaza está perfectamente, no tenía sentido provocar un cambio impactante en este entorno.
El Ayuntamiento de Vitoria presenta a su padre como uno de los introductores de la arquitectura contemporánea en Euskadi. ¿Cómo valora el estado de salud actual de la arquitectura en el País Vasco?
La arquitectura sigue en crisis, aunque aquí haya actuaciones puntuales que sobresalen del resto. Está claro que el nivel cultural y arquitectónico ha aumentado, pero todavía tenemos que mejorar nuestra autocrítica. No hay que revolucionar todo en cada intervención. En Europa las actuaciones son valientes, pero se respeta lo existente. Cada actuación debe seguir su propia línea.
Fuente | Noticias de Alava
Arkitektura Goi Eskola Teknikoaren Bibliotekako Informazioa | Euskal Herriko Unibertsitatea | UPV/EHU | Información de la Biblioteca de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura | Universidad del País Vasco
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