Imagen: Insumissia
Ciudad desobedienteBatalla cultural por una Iruñea desobediente. El proceso de recreación de la nueva ciudad contemporánea se vive en Iruñea como una suerte de incruenta batalla cultural entre la ciudad oficial y la ciudad real. En las mismas fechas de junio contrasta la celebración de las jornadas «Ciudad desobediente» sobre los centros alternativos y el primer congreso de la fundación «Arquitectura y Sociedad».
Iñaki Arzoz | Gara, 2010-05-28
En la célebre película de Gillo Pontecorvo “La batalla de Argel” se mostraba cómo las fuerzas coloniales, gracias a una estrategia sistemática de cercamiento y destrucción de la insurgencia en la casbah árabe, aparentemente acababan con la resistencia. A nivel cultural, y con una combinación de medidas políticas y de vergazos y multas, en Iruñea se ha actuado de manera similar. Durante un par de décadas, la capital navarra ha sido el escenario de una razzia contra la cultura popular, desde el Gaztetxe hasta los Sanfermines. Era el último foco de resistencia, porque la “alta cultura” no era preciso destruirla; ya estaba sometida a estricto control ideológico y sin posibilidades de crecer con libertad. Sobre las ruinas de esta batalla se ha edificado una ciudad conservadora modélica, un burgo frío, provinciano y aburrido, cuya pobre producción cultural oficial no interesa ni a propios ni a extraños. Esta es la “ciudad obediente”, sin políticas culturales ni infraestructuras adecuadas, encastillada en el Baluarte y que aspira al premio al ridículo en el concurso de la capitalidad europea de la cultura 2016.
Pero la paradoja es que, tras la victoria total, lo que viene es un cambio de ciclo, y que de los escombros de las guaridas surgen nuevas rebeliones. Esta es la ciudad desobediente que, a pesar de la desolación y las vacas flacas, bulle de activismo y cultura resistente. “Ciudad desobediente” es, justamente, el título de las “II. Conversaciones de no violencia activa y desobediencia civil” que se celebrarán en Iruñea el 11 y el 12 de junio ( www.solasaldiak.org ). Entre otras conferencias y talleres, sobre la comunicación o el proceso de paz, los dedicados a “Los centros sociales como espacios de encuentro de los conflictos de la ciudad” o como “contrapoder urbano”, que contarán con la presencia de responsables de Patio Maravillas de Madrid y La Casa invisible de Málaga, experiencias de autogestión socio-cultural que pueden servirnos de referencia para Iruñea, y Euskal Herria en general.
Frente al proyectado Museo de los Sanfermines, crece la expectativa de que en nuestra “capital de tercer orden” (Ángel Pascual) se vaya consolidando una red de colectivos sociales y culturales capaces de generar su propio espacio de trabajo. En este contexto, hay que entender también las reivindicaciones de NAPAE y de la “Plataforma Arte Contemporáneo y Participación en Navarra” de normalización del sector artístico.
La ciudad se ha convertido en el escenario de una reestructuración económica, social y cultural que bascula entre su refundación como centro de negocio turístico, siguiendo el “exitoso” modelo Barcelona o el Bilbao postGuggeheim, y el crisol de una conflictividad creativa y mestiza en la que conviven –aliados por la precariedad– desde un joven cognitariado a los migrantes, y que necesita su propia expresión cultural. Nace una cultura urbana contemporánea, de perfil comprometido y desobediente, que mezcla alta cultura y subculturas urbanas, lucha social y vocación relacional.
En Iruñea estamos asistiendo a las primeras escaramuzas de una antiépica y cotidiana guerra entre la ciudad obediente, con su reurbanización salvaje y su Plan Moderna; y la ciudad desobediente, en la que hormiguea la crítica inteligente aliada con el humor ( http://www.blip.tv/file/3540709/ ).
El cambio de ciclo ya se ha producido y la cuestión urgente es si es posible evitar el desgaste de la guerra cultural para que ambas ciudades puedan convivir e interactuar en un mismo escenario urbano.
De momento, los habitantes de la capital del viejo Reyno pueden matricularse por 300 euros en el primer congreso de la Fundación Arquitectura y Sociedad (9-11 de Junio), impulsada por el arquitecto Patxi Mangado, declarada bien de interés cultural antes de iniciar sus actividades y que cuenta con los parabienes de la Unión Europea y del Ejecutivo navarro. Disfrutarán de las conferencias y debates de cuatro premios Pritzker, moderados por Carlos Solchaga, Isabel Tocino o José María Hidalgo, y de la presencia de Fernando Savater o del “revolucionario internacional” Slavoj Zizek, que por lo visto va a “repetir a Lenin”, tomando el Palacio del Baluarte. El resultado del congreso será editado por la revista “AV” en cinco volúmenes con su cofre especial. El congreso se titula “Arquitectura: más por menos”, ¿o era al revés?
O puede optar en esas mismas fechas por acompañar a los “desobedikideak” al Auzotegi de Txantrea a repensar la ciudad de todos y todas. Colectivos sociales, asociaciones de barrio, activistas no violentos, ciudadanos o artistas de toda laya están invitados a participar en la construcción del caballo de Troya de la ciudad desobediente.
Fuente | Gara
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