2010/05/25

prensa | Jon Montero: "El proyecto de Tabakalera puede repensarse, si no hay muchos cambios en sótano y planta baja"

Imagen: EITB
Jon Montero | Arquitecto del proyecto de remodelación de Tabakalera: «El proyecto puede repensarse, si no hay muchos cambios en sótano y planta baja»
El arquitecto considera que «los usos del resto del edificio se pueden resituar, reducir o cambiarse por otros» «Buena parte del gasto se va en algo que no se ve, pero es inevitable: reforzar los cimientos» «En estos momentos, es bastante frecuente que se paralicen proyectos con concursos ganados»
Alberto Moyano | El Diario Vasco, 2010-05-25

El arquitecto Jon Montero, autor junto a su hija Naiara del proyecto 'Tres en raya' para la remodelación de Tabakalera, se encuentra a la espera de que las instituciones «redimensionen» la operación. A su juicio, el proyecto original no sufriría excesivamente si se mantuviera la obra prevista para sótano y planta baja.

- Las instituciones han decidido recortar el proyecto arquitectónico. ¿Se puede trabajar sobre el propio 'Tres en raya' o hay que elaborar un proyecto nuevo?
- Hasta que no sepa lo que quieren las instituciones no me puedo definir. Puede que se trate de unos ajustes económicos y que se solucione con cuatro operaciones estructurales del edificio, salvando el proyecto, o puede que se planteen un cambio un poco más profundo del proyecto cultural que a lo mejor requiera modificaciones más sustanciales.

- En todo caso, el proyecto 'Tres en raya', ¿admite modificaciones o conforma un todo en el que cambiar una parte afecta al conjunto?
- No, creo que si el nuevo proyecto no requiere demasiadas modificaciones sobre lo previsto en sótano y planta baja, los usos del resto del edificio pueden volverse a resituar, pueden reducirse y pueden cambiarse por otros, sin que el proyecto sufriera.

- Usted sitúa la «chicha» del proyecto en sótano y planta baja.
- Sí, nosotros siempre hemos previsto que los usos más públicos se sitúen lo más próximos posibles a la planta baja y también arriba del todo, de forma que las plantas intermedias queden para usos más privados y que no sean de acceso al público en general. Y creo que esa misma idea se puede ajustar perfectamente a otro programa.

- La calle en forma de 'Y' que atravesaba el edificio y eran el núcleo del proyecto preveía crear una entrada en la fachada posterior y otra junto al subterráneo de Atotxa. ¿Es muy cara esta operación?
- Yo creo que no sería especialmente cara. Hay un tema importante, pero que es inevitable: una buena parte del presupuesto se va en reforzar los cimientos del edificio. Es bastante dinero que se va en algo que no se ve, pero que hay que hacer si quieremos que dure doscientos años más. Es lo más caro, pero lo más inevitable.

- La paralización del proyecto llegó en vísperas de empezar las obras. ¿Sucede con frecuencia?

- Son cosas que pasan. Sin entrar en valoraciones concretas sobre Tabakalera, lo que sí es verdad es que en estos momentos es bastante frecuente que se paralicen proyectos con concursos ganados y en marcha porque de repente se retrasa la financiación de la obra. No sé cómo acabará en este caso, pero en otros está pasando con cierta frecuencia.

- ¿En qué consistían los retoques al proyecto?
- La verdad es que retoques formales arquitectónicos prácticamente no ha habido. Se han concretado cosas porque desde que una propuesta va a concurso hasta que se presenta el proyecto ejecutivo, hay cosas que se ajustan. Como este es un proyecto de muchos usos, en el que coexistían la Mediateca, la Filmoteca, las salas de exhibición, las de intervención, los cines, las oficinas del CICC y las del Instituto Etxepare, todo esto puede estar colocado de muchas maneras en función de los intereses de los gestores y ahí es donde con el tiempo hemos ido cambiando.

-¿Por ejemplo?
- Había momentos en los que la Mediateca estaba toda en una planta y la Filmoteca estaba distribuida en varias. Al final, Mediateca ocupaba prácticamente entera la primera planta, mientras que Filmoteca iba en la segunda y parte de la tercera. Los usos son los del concurso, pero han ido cambiando a través del propio edificio.

- Había también muchos aspectos técnicos. ¿Han sido complicados?
- Sí, bueno, complicado, no, pero es verdad que es un edificio que, por el proyecto cultural que tiene detrás, requiere unas técnicas audiovisuales complejas. En realidad, el tema técnico vinculado a los aspectos de televisión ha sido el más complejo y al que más vueltas hemos dado.

- ¿Y el requisito de que el proyecto respetara el carácter fabril de Tabakalera?
- En realidad, uno de los temas en los que Joxean Muñoz insistía mucho era en respetar el carácter fabril. Hombre, este carácter es un poco discutible en el sentido de que vale que Tabakalera era una fábrica, pero de manufacturas. No hay grandes artilugios. Se puede conseguir que el edificio recuerde que era una fábrica de tabacos. Ahora, lo que es muy difícil es darle un aire fabril a algo que realmente no lo tiene.

Fuente | El Diario Vasco

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