«Asturias tiene un patrimonio industrial muy importante y habría que buscar el modo de recuperarlo» Sus obras más importantes: Edificio polivalente en Alcudia; Teatro Riera, en Villaviciosa; Viviendas en Mieres; Casa unifamiliar en Pruvia.
Elena Fdez.-Pello | La Nueva España, 2010-08-22
Imagen: La Nueva España
«En mi familia abundan los médicos y no hay ningún arquitecto, yo soy el primero». Pedro Quero Motto (Oviedo, 1974) no sabía apenas nada de arquitectura, pero le sedujo la posibilidad de aunar «lo técnico y lo humanístico» en una misma disciplina. Empezó la carrera en Valladolid, la terminó en la Politécnica de Madrid, trabajó varios años para los madrileños Nieto y Sobejano, ha ejercido la docencia y hace seis años tomó aire, dio el salto y se trasladó a Asturias. «Me gusta vivir aquí y para iniciar la carrera por tu cuenta es más fácil en un lugar que conoces bien», razona. Comparte estudio en Oviedo con su esposa, Consuelo Alperi, ingeniera industrial. Su criterio, dice, es imprescindible y define sus proyectos: «Le cuento mis ideas y ella me corrige, siempre desde un punto de vista más próximo a la realidad».-¿Trabajar para la Administración es un mal necesario?
-Es el único modo de conseguir proyectos singulares y diferentes. La Administración es la que convoca concursos de ideas y los promotores privados suelen tener una horquilla de tipologías más limitada. Un auditorio o un equipamiento similar hay que hacerlo con la Administración. Disfruto mucho con los promotores privados, en las viviendas unifamiliares, porque el trato es más cercano, tenemos que conocerlos bien y conocer el lugar que van a habitar. Con la Administración el cliente es anónimo y eso quizás da más libertad: basta con cumplir las normas y el programa.
-¿Cuál es su opinión de la arquitectura asturiana reciente?
-Hay buenos profesionales pero gran parte del territorio está sometido a normativas que limitan la singularidad, la originalidad y que no permiten construir con materiales contemporáneos. Es una falsa protección del entorno, que nos obliga a imitar arquitecturas ya superadas.
-¿La norma constriñe la arquitectura?
-Si a un cliente le apetece tener grandes ventanales hay una norma que dice que en ese ámbito el hueco tiene que ser pequeño, un modo constructivo que data de hace dos siglos. A veces, se protege mejor el entorno con un simple cubo de vidrio que con una imitación. Como proyectista que intenta solucionar un problema me resulta frustrante disponer de un material para hacerlo y no poder hacerlo porque una norma me obliga a utilizar materiales y geometrías de otro tiempo.
-¿Se lleva muchos sobresaltos cuando se pasea por los pueblos asturianos?
-Pues sí, imitar formas y materiales pasados no protege nada. La humanidad siempre ha construido con los materiales que tenía y ahora se imponen limitaciones por un supuesto respeto paisajístico. Entiendo que haya que regular cuestiones como linderos o volúmenes pero que te obliguen a colocar un determinado tipo de cubierta...
-Eso en el ámbito rural, y ¿en las ciudades? ¿Qué opina del impacto de proyectos como el Calatrava en Oviedo o el Niemeyer en Avilés?
-El Calatrava está fuera de proporción. A mí me gusta la arquitectura más sensible con el entorno.
-¿Y el proyecto para la ría de Avilés?
-No lo conozco en profundidad pero, con todo el respeto, hubiera sido mejor un concurso internacional de ideas y no elegir un arquitecto, un maestro indiscutible, en el declive de su carrera.
-Un edificio puede ser determinante para el futuro urbanístico de una ciudad.
-Por eso el mejor modo de contratar un proyecto público es mediante la convocatoria de un concurso de ideas solvente. Es la mejor solución para el convocante y la única fórmula para que siempre gane la arquitectura. Lo contrario es forzar la máquina: llamar a un arquitecto de prestigio -o que fue de prestigio-, al que tal vez no le apetezca el encargo... El ganador de un concurso de ideas cuenta con el quórum de un jurado, es más justo.
-¿Se atreve a nombrar a algún arquitecto determinante para el desarrollo urbanístico asturiano?
-A mí me atrae especialmente la obra de Ignacio Álvarez Castelao, me parece modélica. Es muy eficaz, huye del adorno, es muy austero, no divaga en cuestiones secundarias... Nosotros nos acercamos a un proyecto buscando una arquitectura muy esencial, sin adornos... Y tengo especial interés por la arquitectura industrial.
-Por cierto, ¿y el patrimonio industrial asturiano?
-Asturias tiene un patrimonio industrial muy importante y habría que buscar el modo de recuperarlo. Recientemente visite con mis alumnos la cuenca industrial del Rin, donde se está interviniendo a base de concursos del ideas. Es fundamental un plan de actuación, aunque tal vez la situación actual no lo permita.
-¿La crisis económica está transformando la arquitectura?
-Hay menos obra, más escogida y mas concienzudamente. En épocas de excesiva abundancia se proyectaban equipamientos que no eran precisamente necesarios. La crisis va a resolver ese excedente, hará una limpieza del mercado. La mejor arquitectura sale de la necesidad, así que en ese sentido esta puede ser una buena época.
-¿Es lícito anteponer la belleza a la funcionalidad?
-Yo trato de huir de ello. Si se logra la eficacia la belleza llega sola. Nadie proyecta un rifle para que sea bello, se pretende que funcione, que sea perfecto y eso lo hace bello.
-Tanta técnica puede resultar fría.
-Cuando hablo de eficaz no me refiero sólo a la función, también estoy pensando en cómo entra la luz, de que el edificio esté bien orientado, que envejezca adecuadamente...
-Los materiales revolucionaron la arquitectura.
-Todos los avances tienen que ver con la tecnología. Desde principios del siglo XX no ha habido una revolución arquitectónica de importancia. Fue entonces, al producirse un gran cambio tecnológico, cuando surgió la arquitectura moderna y rompió moldes.
-¿No se arrepentirá de haber regresado a Asturias?
-A mí me viene muy bien salir con frecuencia de Asturias, tenemos proyectos fuera, vuelvo y veo las cosas de otra manera.
-¿Cómo se ve desde lejos?
-Con unas posibilidades enormes que no se están aprovechando, un lugar único, un paisaje único y unas características geográficas muy especiales. Sería bueno mejorar las comunicaciones, una mejora importante de la infraestructura aeroportuaria. Cuando viajo a Mallorca siento envidia, no es comparable, pero aquí los vuelos son tan limitados... y eso nos perjudica muchísimo.
-¿A qué arquitectos admira?
-Uno de mis referentes es Louis Kahn, con una manera respetuosa de enfrentarse a los proyectos, la misma que yo trato de aplicar; también Denys Lasdun, británico del siglo XX, admiro lo que hace, con una manera sencilla de enfrentarse a los proyectos; y actuales hay dos suizos, Gion Caminada y Peter Zumthor, poco mediáticos, muy coherentes y muy sensibles. En España ya mencioné a Castelao y Javier García Solera, levantino, muy sensible con el entorno en el que actúa.
-¿Y qué hay de los grandes nombres?
-Aprecio más la arquitectura pequeña y cuidadosa, los grandes nombres son obvios pero es bueno recordar que los grandes empezaron siendo pequeños.
Fuente | La Nueva España
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