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Arquitectos: Contra la crisis, hacer las maletas El estado de la profesión en España, a examen. 'En otro momento, salir era una opción. Ahora es pura necesidad', dice el SAE. Problemas en España: falta de reconocimiento y proyectos poco atractivos. Beneficios de irse fuera: mejores condiciones laborales y mayor regulación
Mónica Tragacete | El Mundo, 2010-08-06
Se acabó el mito de que la arquitectura es una profesión extraordinariamente bien pagada. Al menos en España. Precariedad, ilegalidad o sueldos bajos no son hoy situaciones ajenas al sector en nuestro país. "Su Vivienda" ha contactado con un grupo de jóvenes arquitectos españoles que trabajan en el extranjero porque consideran que en España su trabajo no está lo suficientemente valorado.
A día de hoy, en España hay 51.158 arquitectos colegiados, según los datos del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España (CSCAE). La cifra real es mucho mayor, pues no todos han de estar colegiados para ejercer -sólo necesita estarlo aquel que firma proyectos- y muchos 'se han borrado'. Además, el número de licenciados crece cada año: sólo el curso pasado de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid (ETSA) salieron unos 500, según la dirección del centro. En España hay 29 escuelas. Las cuentas no salen por ningún lado.
"En otro momento, salir al extranjero era una opción. Ahora es pura necesidad", apunta el vicesecretario del Sindicato de Arquitectos de España (SAE), Ramón Durántez.
Fernando Otero, 33 años: 'Cada uno va por libre'
Se marchó de España rumbo Nueva York en 2007 a la aventura, sin trabajo y sin ningún consejo en la mochila. Y precisamente fue eso lo que más echó de menos: que algún tipo de organismo oficial del sector le asesorara. Señala culpable a la desunión: "Aunque lo parezca, no somos un colectivo. Cada uno va por libre y hay que aprender desde cero".
En el estudio de arquitectura en el que trabaja tiene un sueldo entre un 10 y un 15% más elevado -aunque reconoce que el nivel de vida es mayor en la 'capital del mundo'- y ha encontrado un mayor reconocimiento profesional. Ramón Durántez lo verifica: "El arquitecto español que se marcha siempre encuentra un sector más regulado y más profesional".
Alfredo Biosca, 36 años: 'Se ha hecho el trabajo de 30 años en 15'
Corrían los primeros meses de 2007 cuando este arquitecto aceptó una oferta de trabajo en el extranjero. Estaba terminando de construir el Hospital de Vallecas e intuía que los tiempos por venir no eran precisamente buenos. Actualmente trabaja en una ingeniería en Bucarest (Rumanía) y aunque reconoce que la situación está muy parada, afirma que "la gran diferencia es que en España se ha hecho el trabajo de 30 años en 15 y ahora toca una época de parón, mientras que en Rumanía aún hay muchas cosas por hacer".
El elevado número de licenciados es para Biosca otra de las quimeras a vencer. "En España tenemos un arquitecto por cada 1.000 habitantes, el doble que en Francia", apuntan desde el Sindicato. "En 1970 había en España unos 3.500 arquitectos, ahora esa cifra podría estar multiplicada por 11", matizan.
Daniel Gumpert, 42 años: 'Somos un mal necesario para el promotor'
Daniel trabaja desde hace 11 meses en Hong Kong, en una oficina del estudio escocés RMJM, considerado uno de los más grandes del mundo. Para él, la profesión tiene un gran problema: el reconocimiento social del arquitecto. Sobre todo, por parte del promotor. "Para los que no tienen que trabajar con nosotros somos ideales, para el resto, un dolor", ironiza.
"En España los promotores se han hecho muy poderosos socialmente y desde el principio te intentan dejar claro que has de hacer lo que ellos digan", se lamenta. "En los últimos años a la construcción se ha apuntado mucha gente sólo porque era el motor de la economía", sentencia.
Katarin Larrauri, 32 años: 'Un estudio medio sólo hace VPO'
Katarin, que era jefa de equipo en un estudio de Madrid, se marchó a Nueva York en abril de 2007. Se mudó buscando mejoras y nuevas oportunidades. Además de horarios fijos -"en España mi horario era de 9,00 a 19,00h, pero siempre salía más tarde y algún fin de semana también trabajaba", dice Katarin-, en Nueva York ha encontrado proyectos más interesantes. "Un estudio medio-pequeño en Madrid se dedicaba casi por completo a hacer viviendas, muchas de ellas VPO. Muy pocos se hacen museos, tiendas... Aquí te surgen proyectos más interesantes a nivel de diseño y de uso", comenta.
"En EEUU la arquitectura española está considerada una de las mejores en Europa", dice Katarin partiendo una lanza a favor del colectivo patrio. "Y sin embargo, aquí no hay convenios y podemos cobrar hasta el sueldo mínimo. Por no hablar de la situación de falsos autónomos, ilegal y precaria, en la que están el 60% de los arquitectos", contrarresta el SAE.
A esta situación de ilegalidad hay que sumar que, desde 2007, el paro. "Es paralelo al que vive el sector de la construcción, y no del 4% como dice el CSCAE", asevera el Sindicato. El reciclaje parece una solución factible en un país en el que ocho de cada 10 arquitectos se dedican a la construcción y ésta se halla por los suelos -en 2006 se visaron 865.561 viviendas, mientras que en 2009 fueron 110.849-.
Estos jóvenes no son los únicos que advierten la errática situación de la profesión: el 82,7% de sus colegas colegiados considera que la situación está peor o mucho peor que hace unos años, según el un informe del CSCAE. ¿Quién tiene el remedio para curar la salud de este enfermo llamado arquitectura?
Fuente | El Mundo
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