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Imagen: El Correo

Miranda: Un proyecto regenerador
La arquitecta María Ruiz ideó para finalizar su carrera un edificio multifuncional en el lugar que albergará el Museo de Miranda. Galardonada la propuesta de un centro cívico en el Casco Viejo.
María Angeles Crespo | El Correo, 2010-10-31

Sabía de antemano que su proyecto fin de carrera no iba a poder ser una realidad puesto que 'Miranda', que así se denomina el trabajo que sirvió a María Ruiz para dar carpetazo a su época de estudiante plantea «la construcción de un centro cívico en el casco Viejo, concretamente en el lugar en el que se construirá el museo de la ciudad».

Aun así, lo destacable es que este proyecto no sólo confirmó que esta joven bilbaína con pasado mirandés había asimilado las enseñanzas recibidas, sino que es capaz de encontrar soluciones arquitectónicas «para regenerar una zona como la parte vieja que me parece especialmente atractiva en Miranda». Así lo creía ella y también lo consideró el jurado que otorga el premio Jóvenes Arquitectos de Cataluña. Se llevó el galardón concedido por la AJAC (Asociació Joves Arquitectes de Catalunya), correspondiente a los proyectos y trabajos de arquitectura correspondientes a los años 2008 y 2009. La distinción se hizo pública el pasado día 14 de octubre.

María ha visitado «muchísimo» Miranda y ese conocimiento fue el que le inspiró para proyectar un centro cívico en el Casco Viejo. «Me parecía que para el tamaño que tiene la ciudad le falta oferta de ocio», y por eso planteó la posibilidad de este espacio, emplazado junto al río «que es uno de los espacios arquitectónicos más interesantes que tiene Miranda».

Además ha querido hacer coincidir esta iniciativa con la rehabilitación del Apolo para conseguir así que «este barrio se recuperara como un punto de acción social para toda la ciudad».

Para esta arquitecta es vital la elección del espacio concreto porque el edificio «tendrá trasversalidad ya que se situaría en la única manzana que permite mirar hacia el río y hacia la montaña». Dado además el diseño absolutamente diáfano si este centro cívico pudiera construirse, permitiría a quienes se acercaran hasta él «disfrutar de los dos espacios; sobre todo del río».

Adaptado al entorno
El jurado calificador del premio que acaba de conseguir María Ruiz, no ha obviado que los materiales que se emplearían en su construcción estarían perfectamente adaptados al entorno. La modernidad no está para nada reñida con el estilo predominante en la parte más antigua de la ciudad. «La fachada estaría construida con un derivado del hormigón y, cromáticamente se asemeja con el entorno. Sería de un color granate. Así pretendo respetar la esencia del barrio, pero sin dejar de innovar. No hay que renunciar a eso, pero no podemos olvidarnos de respetar dónde te estás situando».

El inviable centro cívico del Casco Viejo está compuesto por un conjunto de salas polivalentes, de dimensiones neutras que la mayor parte del tiempo serían utilizadas por grupos pequeños, pero «lo suficientemente espaciosas como para, en un momento dado, reunir a un mayor número de personas». El cambio de aforo sería, además factible porque en el proyecto todas las salas tienen carácter modular.
María ha pensado incluso en la posibilidad de que este espacio de ocio tuviera alguna especialización.

Comenzaría siendo muy versátil, pero a medida que se consolidara podría tender a la especialización. Por eso en la planta superior ha dispuesto un pequeño espacio destinado «a la realización de actividades de ejercicio físico».

El edificio estaría a dos cotas diferentes y también dispondría de dos accesos, una desde el río y la otra por la calle La Fuente.

No es un proyecto real «es una invención de una estudiante, nada más, así que mi pretensión nunca ha sido la de que se construya, sino la de aportar una idea para solucionar un problema en una ciudad que para mí es muy importante». Y también mucho lo es el que con este proyecto fin de carrera los arquitectos ya consagrados hayan reconocido sus posibilidades. «Tener un empuje así es muy gratificante porque sirve para que la confianza crezca. Sin duda, ha sido algo muy positivo», reconoce.

Los planos quedarán guardados pero lo que se ha descubierto han sido las posibilidades de esta joven arquitecta que tomó como inspiración la ciudad de Miranda y, más en concreto, su Casco Viejo.

Premio Jóvenes Arquitectos de Cataluña
Su proyecto fin de carrera, presentado bajo el título 'Miranda', no sólo le sirvió a María Ruiz Pardo para poner el punto y final a su época estudiantil, sino que le ha proporcionado «un importante espaldarazo en estos tiempos que corren», pues con él ha logrado ha logrado hacerse ex-aequo con el VII Premi Joves Arquitectes que concede la Agrupación de Jóvenes Arquitectos de Cataluña. Esta bilbaína con ascendencia mirandesa está orgullosa de esta distinción por una idea que busca la regeneración del Casco Viejo.
Fuente | El Correo