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C.G. | La Opinión de Zamora, 2011-02-09
A las diez de la mañana del próximo 2 de marzo está prevista la venta en pública subasta de la antigua fábrica de harinas Colino, en la avenida de la Feria. Será en el salón de actos de la Delegación de la Agencia Estatal de Administración Tributaria de Castilla y León en Valladolid. La descripción de la finca habla de un «edificio complejo sito en avenida de la Feria número 20 y 22 de Zamora que está compuesto por dos cuerpos delanteros de edificación, uno de planta baja y otro de tres plantas, entre los que se haya un patio de entrada, sótano, corral, cobertizos y varias dependencias al fondo, destinadas a diversos usos».
En el interior se encuentra todavía «instalada la maquinaria para explotar una fábrica de harinas, compuesta principalmente por cinco molinos de 60 centímetros que equivalen a seis metros de línea bajante y sus elementos correspondientes de cernido y limpia, un motor marca Siemens de 55 caballos, un molino para piensos de dos pares de piedras de 1,30 metros de diámetro, y demás elementos accesorios para la explotación de la referida industria». La superficie de la planta baja es de 892 metros y 27 decímetros cuadrados.
El tipo de subasta en primera licitación asciende a 1.529.410 euros. Esta cantidad está muy por debajo de la valoración efectuada, que asciende a 3.973.076 euros, aunque quedarán subsistentes unas cargas de 2.443.665 euros, correspondientes a hipotecas de una entidad bancaria.
Aunque no está catalogado ni tiene ninguna figura de protección, la fábrica de harinas San Isidro es un edificio emblemático de la ciudad cuyo destino, cuando dejó de ser fábrica de harinas, hace algunos años, estaba previsto para levantar viviendas, por parte de una inmobiliaria.
Según el trabajo del estudioso Rafael Ángel García Lozano, la fábrica fue proyectada en 1921 por el arquitecto abulense Gregorio Pérez Arribas, que desempeñó el cargo de arquitecto municipal de Zamora desde 1906 y de arquitecto provincial de 1923 a 1937. En este edificio, prosigue García Lozano, tradicionalmente denominado Panera Social, «plantea un programa arquitectónico claramente definido por el uso industrial al que será destinado, pero también transido de una clara vocación urbana». De hecho se localizó no en una zona periférica de la ciudad, sino en la Avenida de la Feria, entonces núcleo neurálgico y comercial de la capital con los pueblos de gran parte de la provincia. La antigua fábrica está asentada sobre el solar dejado por el convento de San Francisco, que fue destruido por las tropas francesas en el año 1814. En 2007 sufrió un incendio.
Entre las recomendaciones incluidas en el informe remitido por el servicio de Patrimonio de la Junta para incluir en el nuevo Plan General de Ordenación Urbana figura precisamente la antigua fábrica de harinas de la avenida de la Feria para la que se propone una catalogación ambiental de volumen y estructural de las fachadas. Tras dejar la actividad la fábrica de harinas, el edificio lo adquirió una promotora que ya había construido en la zona, y barajó varias posibilidades, entre ellas el derribo del inmueble. De hecho, un convenio urbanístico firmado entre la empresa y el Ayuntamiento perimitía una mayor edificabilidad a cambio de una propiedad que permitió dejar exentos otros siete metros y medio de la muralla en la Bajada de San Martín. Sin embargo, el promotor anunció en su día que el proyecto inmobiliario se llevaría a cabo sin derribar la fábrica, es decir, manteniendo la fachada del inmueble. Habrá que esperar al resultado de la subasta de Hacienda para ver el destino definitivo de la emblemática fábrica.
La Panera Social, ejemplo típico de arquitectura industrial del siglo XX
La fábrica de harinas está constituida por dos cuerpos articulados a partir de la entrada de mercancías. A la derecha de la portada se levanta un cuerpo formado por planta baja y semisótano que se destinaba a almacén de sacos de harina. A la izquierda se alza la fábrica propiamente dicha, un edificio de tres alturas al exterior y semisótano, cuya planta principal se encuentra alzada sobre la cota aproximadamente 80 centímetros para permitir la formación de un muelle de carga.
La conocida como Panera Social, prosigue García Lozano, está construida en fábrica de ladrillo enfoscado, dejando en la fachada solamente a la vista los recercos de los vanos, las esquinas y los motivos ornamentales de la cornisa, así como el piñón del cuerpo de la portada que enmarca el panel cerámico decorativo, con la imagen de San Isidro y el ángel manejando los bueyes y el año de construcción, 1922. Presenta características propias de las arquitecturas industriales del primer cuarto del siglo XX en provincias de Castilla, adecuadas a las necesidades de sus funciones industriales y de las nuevas tecnologías de transformación agraria.
Además de la antigua fábrica de harinas, Hacienda saca a subasta por 1.401.238 euros una vivienda en los números 16, 18 y 20 de la calle Zapatería con vuelta a la calle Baños, de 1.558 metros cuadrados. Está valorada en 3,3 millones, aunque presenta cargas de 1,9 de hipotecas bancarias. Otro de los inmuebles es una casa con varias habitaciones y servicios y un corral, con una superficie de terreno de 150 metros cuadrados, situada en el número 10 de la Bajada de San Martín, valorada en 255.000 euros. Curiosamente es el mismo número que la entregada por la inmobiliaria de la fábrica de harinas al Ayuntamiento para su derribo, dejando exenta la muralla. Otra vivienda a subasta, en la calle Olleros, está valorda en 252.990 euros.
Fuente
Hacienda subasta la antigua fábrica de harinas de la avenida de la Feria
El emblemático inmueble carece de protección y lo último que se proyectó en su solar fue la construcción de viviendas
C.G. | La Opinión de Zamora, 2011-02-09
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