2010/11/29

argitalpenak | La capital que pudo ser, pero no fue


Imágenes: Noticias de Gipuzkoa
La capital que pudo ser, pero no fue
A medida que pasan los años cientos de proyectos urbanísticos se diseñan. Unos se aprueban y otros caen en el olvido. "San Sebastián, la historia desconocida" de Fermín Muñoz recupera esas ideas curiosas e imaginativas que podían haber sido parte de la Donostia actual.
Harri Fernández | Noticias de Gipuzkoa, 2010-11-29

¿Sabía usted que la isla Santa Clara podía haber sido lugar de emplazamiento de un lujoso casino? ¿O que se propuso la instalación de un cable para un teleférico por encima de la bahía que conectase el monte Urgull con Igeldo? ¿Y que se sugirió la construcción de una carretera que llegase hasta Pasaia por el monte Ulia y que un gran viaducto atravesase el canal hasta Jaizkibel? Estos, y otros tantos proyectos, fueron pensados y diseñados entre la mitad del siglo XIX y mediados del siglo XX para dar un renovado atractivo a la capital del territorio.

En el año 2004, el investigador de la historia de la capital guipuzcoana, Fermín Muñoz, publicó un libro titulado San Sebastián, la historia desconocida. Hombres y proyectos que quisieron cambiar la ciudad. 1857-1966. Muñoz explica en la introducción de su obra que tras el derribo de las murallas en 1863 se intentó potenciar la construcción dirigida al sector comercial de la capital, pero, sobre todo, enfocado al turismo y al sector servicios. Particulares requerían espacios municipales para sus proyectos, con lo que el Consistorio tenía que estar atento y comprobar que las propuestas no contraviniesen ningún interés de la ciudad.

En su trabajo Muñoz afirma que"para la defensa y cuidado de las particularidades de la ciudad, tanto el arquitecto municipal como el ingeniero municipal en su caso, examinaban con detenimiento los proyectos que se intentaban realizar en ella, para que no se cometieran daños ambientales o perjuicios urbanísticos".

Oeste de la capital: La bahía de la Concha
Una de las características principales de Donostia, su situación costera, fue uno de los elementos más atractivos. Por ello, mucho de lo proyectado se situaba en torno al litoral.

Sin ir más lejos, el libro relata los intentos que hubo de llevar a cabo modificaciones en la bahía de La Concha. En 1865 el Cuerpo de Ingenieros de Gipuzkoa realizó una memoria en la que se pretende cegar la entrada izquierda de la bahía para crear un gran fondeadero. Aproximadamente 70 años después, esta posibilidad seguía encima de la mesa. Muñoz expone que durante más de medio siglo las distintas generaciones de donostiarras se pasaron el proyecto unas a otras, porque aunque a cada una le gustaba el proyecto, se presentaba un problema: el puerto podía afectar a las playas.

Otra propuesta curiosa es la que hizo Juan Machimbarrena, ingeniero municipal de la ciudad entre 1921 y 1945, y viene recogida en su libro Urbanismo Aplicado. San Sebastián presente y futuro. En él, Machimbarrena propone que el Paseo Nuevo, en vez de culminar en la zona del Aquarium, continuase por Urgull, aproximadamente por donde hoy se sitúa el paseo de los Curas, pasando por Portaletas y finalizando en la calle Igentea. El nuevo tramo hubiese tenido 550 metros de longitud y Machimbarrena estimó un coste de cuatro millones de pesetas de la época.

El ingeniero municipal también hizo un diseño para instalar un hotel con casino en lo alto de la isla Santa Clara, con un valor de ocho millones de pesetas. Machimbarrena apuntó que para llegar al islote se habría de atravesar un túnel submarino de 808 metros que comenzase en Ondarreta, a la altura de donde se encontraba la cárcel. En la cala de Santa Clara se ubicarían los baños, un solárium y un fondeadero para balandros, entre otras instalaciones.

Este de la ciudad: Urumea, la Zurriola y Ulia Las obras no sólo fueron proyectadas para la bahía y la zona oeste de la ciudad sino también para el este. Muñoz explica que, en 1912, el consejo de administración de la Nueva Sociedad de la Perla del Océano solicitó al Ministerio de Fomento "la concesión de una zona de playa necesaria para construir un balneario" en la margen derecha del Urumea. No obstante, un año después, debido a que las dimensiones de la construcción eran cuestionadas y podrían haber ocasionado perjuicio a las vistas de la playa de la Zurriola, lugar en el que se iba a situar definitivamente, la construcción no siguió adelante.

La desembocadura del Urumea fue también objetivo de muchos proyectos. A comienzos del siglo pasado, un particular, Fernando Ruiz, pidió al Ministerio de Agricultura Industria y Comercio y Obras Públicas la cesión de un arenal que se generaba en la margen derecha del río para construir "un hotel, teatro, exposiciones, juegos infantiles y otros".

Por su parte, el Consistorio remitió una instancia al Ministerio oponiéndose a la petición de Ruiz, dado que el propio Ayuntamiento ya contaba con un proyecto para esa zona. Asimismo, alegó que la propuesta de Ruiz comía terreno al río, reduciendo su ancho, cosa que el Ayuntamiento consideraba inadmisible.

Machimbarrena también planeó ciertas reformas en la zona este de la ciudad. En su obra detalla la urbanización del barrio de Sagüés y del matadero de Gros por ocho millones y medio de pesetas. La proposición preveía unas amplias terrazas que conectaban con la playa, un solárium y una piscina.

Éste último elemento usaría agua de mar renovable y aquellos ciudadanos que no quisiesen introducirse en el mar podrían hacer uso de las piscinas con agua salada.

Gipuzkoa: Aeropuerto y viaducto
Machimbarrena recoge en su libro dos proyectos para Astigarraga y Pasaia. En 1935, el ingeniero vio la necesidad de que la capital no quedase "virtualmente alejada de las principales ciudades y centro de turismo". Por ello, proyectó un aeropuerto a cuatro kilómetros de Donostia en Astigarraga. El espacio hubiese contado con un kilometro de largo y un ancho de 500 metros. Todo por 1.300.000 millones de pesetas.

Asimismo, propuso la creación de un viaducto de 50 metros de altura que atravesase la bocana de Pasaia enlazando una carretera que vendría de Ulia con Jaizkibel.

Tras estos proyectos y otros muchos que no se citan, y al igual que hace Muñoz en el epílogo de su obra, uno podría preguntarse cómo podría haber sido Donostia si todas estas construcciones se hubiesen materializado.

Fuente
La capital que pudo ser, pero no fue
A medida que pasan los años cientos de proyectos urbanísticos se diseñan. Unos se aprueban y otros caen en el olvido. "San Sebastián, la historia desconocida" de Fermín Muñoz recupera esas ideas curiosas e imaginativas que podían haber sido parte de la Donostia actual.
Harri Fernández | Noticias de Gipuzkoa, 2010-11-29 

Publicaciones

San Sebastián, la historia desconocida : hombres y proyectos que quisieron cambiar la ciudad : 1857-1966 / Fermín Muñoz Echabeguren.
San Sebastian : Txertoa, 2004.
175 p. : il.
Serie: Ipar Haizea ; 82

ISBN 8471483904 
Materias:
Gipuzkoa - Historia.
Donostia-San Sebastián.
Biblioteca 946.015.4 SAN

Este libro trata de recoger el gran número de proyectos, que antes y después de derribadas las murallas de la ciudad en 1863, intentaron realizar aquellos que contemplando la bahía de la Concha, la isla y los montes circundantes, admirados por el paisaje, ante un escenario natural y desnudo, se lanzaron a llenarlo de elementos que ellos creían valiosos e interesantes. Desde el año 1857 hasta 1966 se suceden posproyectos. Nada queda olvidado; habría casinos, balnearios, funiculares, transbordadores, ferrocarriles, etc. En definitiva un San Sebastián completamente distinto al actual. Aunque los diversos ayuntamientos aceptaron algunos de estos proyectos, la mayoría fueron desestimados, y en realidad ninguno se llevó a efecto. Cabría pregunta al lector de este libro si estaría conforme con la ciudad que se representa en él, con todos o parte de los proyectos no realizados.

Fermín Muñoz Echabeguren (San Sebastián 1922) es autor de varios libros relacionados con San Sebastián. Estudia en ellos el derribo de las murallas, los ensanches, la vida en la ciudad durante las dos guerras carlistas, la historia del agua potable, la instalación del ferrocarril, además de la historia del barrio de Gros, del cerro de San Bartolomé, del Monte Urgull y el Paseo Nuevo. Tiene pendiente de edición, libros sobre la vida cotidiana después de la destrucción de la ciudad en 1813, el trienio liberal y la invasión francesa en 1823, la reconstrucción de San Sebastián según las actas de la Junta de obras, 1813-1843.

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