Imágenes: El País
Medellín es chévereLa ciudad colombiana se reinventa como referente de modernidad y cultura y entierra un historial marcado por la violencia y el narcotráfico. Ruta por la ciudad y la colonial Santa Fe de Antioquia
Ana Arasanz | El País, 2010-11-10
"¿Me regala un tintico?", pregunta la señora a la azafata de Avianca. Así es como pide uno que le sirvan un café solo (un tinto). Es el momento en el que el viajero, asombrado porque la amable azafata vuelve a preguntarle si le "provoca un juguito", empieza a acostumbrarse en las alturas, a otra dimensión del lenguaje, a la musicalidad de un español que se escribe y habla sin rudezas y con mucho mimo.
Y entre diminutivo y diminutivo uno va haciéndose al paisaje de noche a la llegada a Medellín: multitud de lucecitas que decoran un círculo de montañas y abajo, al fondo, la ciudad. Todo empieza a cuadrar y uno entiende por qué la llaman la tacita de plata.
Tanto diminutivo y tanta dulzura sorprenden a la llegada de la que hasta hace pocos años era considerada como la ciudad más violenta del mundo y que ha renacido sobre las cenizas de Pablo Escobar, uno de los mayores capos de la historia. "Hace años no aparecíamos en el mapa de ustedes. ¿Quién quería venir a la ciudad más peligrosa del mundo?". Nada que ver con el Medellín de hoy.
Negocios, moda y arte
Porque el paisa no se arruga, así que en sólo unos años la capital de Antioquia se ha convertido no sólo en una moderna ciudad de negocios sino en una atractiva entrada para conocer Colombia. Una buena oferta cultural y gastronómica, la arquitectura moderna de su centro financiero y la moda la sitúan como uno de los lugares más interesantes de América Latina. Esta es una ruta sobre lo que conviene no perderse al visitar la segunda ciudad de Colombia.
El Medellín de Botero
Una buena idea es comenzar la ruta por Medellín de la mano de Fernando Botero. En pleno centro de la ciudad, el Museo de Antioquia (metro Parque Berrío y San Antonio) preside la Plaza Botero, adornada con 20 esculturas donadas por él. Aunque el museo, el más importante de la ciudad, tiene una importante colección de obras de este artista, también muestra otro tipo de arte, desde el precolombino hasta el contemporáneo, pasando por murales de Pedro Nel Gómez (en cuya casa museo también hay obras de Botero).
Conviene echar un vistazo a las actividades del museo, al fin y al cabo "esto es más que sacudir cuadros", como dice la directora del centro. La entrada es gratuita los lunes. Los amantes de la obra de Botero también pueden contemplar sus esculturas en el Parque de San Antonio.
Al lado de la plaza Botero se encuentra el Paseo Peatonal Carabobo, una popular zona comercial con edificios que han marcado la historia de Medellín. El viajero se sorprenderá por la presencia de la Policía de Turismo, que vela por la seguridad de las zonas más transitadas.
Plaza Mayor
Aunque el nombre sugiere que nos adentramos en la parte más antigua de Medellín, sucede todo lo contrario. La céntrica Plaza Mayor (metro Alpujarra) aglutina los edificios de ferias y convenciones y la zona administrativa. En El Parque de los Pies Descalzos hay un curioso bosque de bambú. A los visitantes se les invita a pasear descalzos por un circuito natural para masajear los pies que se ha convertido en algo popular para relajarse con las luces de la noche. Arquitectónicamente la zona tiene varios edificios interesantes, como la caja de madera (el Centro de Convenciones).
Jardín Botánico
Entre sus infinitos nombres, esta también es la ciudad de las flores, así que se impone una visita al Jardín Botánico (entrada gratuita). Además, la filosofía de su gestión lo hace especialmente atractivo. Se puede hacer picnic y no está expresamente prohibido fumar. Uno de los platos fuertes del jardín es el Orquideorama, un jardín de orquídeas cubierto. Además, y hablando de platos, en el Botánico está uno de los mejores restaurantes de Medellín, el In situ.
Parque Explora
Algunos lo ponen como ejemplo de la "tránsito poético" de Medellín. Este inmenso centro de divulgación de la ciencia se encuentra frente a lo que hace poco era el basurero de la ciudad y una de las zonas antaño más conflictivas. Está frente al jardín botánico y es un buen ejemplo de la arquitectura moderna que marca el nuevo Medellín. Interesante visitar el acuario y el interior de las instalaciones de Parque Explora, especialmente si se viaja con niños
Parque Biblioteca España
Este edificio, de Giancarlo Mazzanti, se ha convertido en todo un atractivo turístico de Medellín por varias razones. Los parque biblioteca vienen a ser una especie de centro cultural que en la ciudad han tenido sentido para devolver la dignidad a barrios que hace sólo unos años vivían completamente aislados por la violencia. En el caso de Biblioteca España, el llamado Edificio de las tres piedras ha hecho que Santo Domingo, uno de los lugares más castigados por el narcotráfico, sea ahora transitable. (Entrada gratuita). Al barrio se llega en Metrocable (parada Santo Domingo Savio), un teleférico que conecta varias de las colinas de Medellín con el centro de la ciudad.
De compras en Medellín
Hay quien viene a Medellín para hacer el llamado turismo de salud. Hay numerosas clínicas de cirugía estética de prestigio (además, aquí se dice que "no hay mujeres feas sino maridos sin plata").
Pero por encima de todo esta es la capital de la moda. Cada fin de semana llegan autobuses de multitud de lugares con gente dispuesta a renovar su armario comprando en los outlets (muchos de ellos situados en la cercana Itagüí). El gusto paisa por la ropa es tal que Colombiamoda es el gran acontecimiento de la capital antioqueña. Medellín lo vive como una fiesta, tira la casa por la ventana y se llena de modelos, artistas y famosos.
Siguiendo la tradición del resto de América, lo suyo aquí es comprar en uno de los 25 centros comerciales. Muchos de ellos merecen la pena sólo por su arquitectura. Los más exclusivos se encuentran en la zona en la zona de El Poblado y en la conocida Milla de Oro (en Avenida del Poblado), como el Oviedo, el sofisticado San Fernando (con un sorprendente edificio que también alberga un hotel) o El Tesoro. Merece la pena acercarse al centro comercial La Estrada. Más que un lugar de compras es un punto de encuentro para jóvenes de clase alta donde pueden divertirse en discotecas y restaurantes.
Pero el verdadero descubrimiento es la zona de pequeñas tiendas, algunas de diseñadores locales, en Vía de la Primavera. Allí se encuentra ropa diferente a buen precio, como el Altar de Corpus, Calixta, Agua bendita, Rojo (regentado por una catalana) o Amulette (ropa interior).
Desde lo alto
Medellín es una tacita rodeada de montañas y no se puede abandonar la ciudad sin verla desde las alturas. Hay multitud de miradores y el Cerro Nutibara, es uno de ellos. Además, el viajero tiene allí la oportunidad de ver la reconstrucción de un pueblo tradicional antioqueño, el Pueblito Paisa. Espectaculares las vistas al anochecer.
La noche
En Colombia lazona de copas se llama zona rosa. La zona más conocida para salir por la noche se ubica en torno al parque Lleras, antaño sólo al alcance de los más adinerados. Esta parte del exclusivo barrio deEl Poblado está plagada de multitud de restaurantes, que ofrecen desde comida criolla hasta la más sofisticada propuesta gastronómica, y locales de diseño donde tomarse un buen ron.
En las noches de rumba (juerga) bachata, vallenato y reggaeton suenan a lo lejos, aunque hay lugares donde se puede optar por un plan más tranquilo, como el Déjate Querer (carrera 37) o el Woka Lounge (carrera 38). Si se busca una auténtica noche medellinense lo mejor es sumarse a ellos en uno de los locales donde se reúnen para hacer algo que aquí es casi sagrado: bailar.
Santa Fe, más allá de Medellín
En la región de los tamarindos y del río Cauca, y a menos de dos horas en coche de Medellín se encuentra un paraíso colonial al que los urbanitas suelen escaparse los fines de semana para huir del ajetreo. Santa Fe de Antioquia es un contraste radical al moderno Medellín. Por el silencio, la arquitectura, y también el clima. Medellín goza durante todo el año de temperaturas de entre los 20 y 25 grados, mientras Santa Fe vive en un perpetuo verano con días muy calurosos, aunque las noches son agradables.
Esta es una ciudad de estrechas calles empedradas, balcones, iglesias coloniales y casas señoriales. Pasear por la calle de la Amargura o la calle de las damas (ahora del Médico), llamada así por ser donde tomaban el aire las señoras pudientes, es volver atrás en el tiempo. Uno de los lugares con más encanto es el parque de Santa Bárbara, con la impresionante fachada de su iglesia barroca, iluminada durante las noches. El tranquilo parque de la Chinca suele ser un lugar para tomar el fresco por las noches o salir a cenar en uno de los restaurantes con encanto de la plaza. Pese a que es un lugar pequeño, el turismo ha traído lugares interesantes para disfrutar de la buena mesa, como el local La Comedia o El Portón del Parque.
De vuelta, el camino en coche a Medellín merece la pena por los paisajes abruptos y la vegetación que puebla el segundo país con mayor biodiversidad del mundo.
Fuente | El País
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