2010/12/09

hemeroteka | Brillar con luz propia

Imagen: El Diario Vasco
Brillar con luz propia Equipamientos e infraestructuras ya no se limitan a ser funcionales y estéticamente bellos. Su iluminación nocturna cada vez se tiene más en cuenta
Aingeru Munguía | El Diario Vasco, 2010-12-09

La crisis no llega a apagar los focos. En la última década, sobre todo, la iluminación nocturna de equipamientos e infraestructuras ha pasado a primer plano. Las imágenes de este reportaje son un ejemplo de ello. Desde los imponentes cubos del Kursaal a una mera pasarela, pasando por miradores como el que se ha construido recientemente junto al Náutico, se puede decir que ninguna construcción pública de cierta relevancia reniega de su cuota de protagonismo cuando cae la noche.

Es curioso que el puente de la Real Sociedad, que sustituyó al vetusto Puente de Hierro, no tenga una iluminación que se acerque al menos a su importancia funcional. Su brillo nocturno es muy inferior, por ejemplo, al de la pasarela peatonal Mikel Laboa, que une el barrio de Riberas de Loiola con el parque Cristina Enea. Y es que mientras el sexto puente está más relacionado con la circulación rodada, la pasarela es utilizada por el ciudadano de a pie, el vecino que cruza sus dominios sin prisa, observando el río y las vistas encima del cauce del Urumea. Este puente sorprende por la noche a quienes no lo conocen. Unas luminarias fluorescentes y una líneas led consiguen un cierto efecto 'mágico' al resaltar por el interior de la pasarela la curvatura de sus vigas. Y lo hacen en seis colores de luz distintos, que mediante fundidos van cambiando de uno a otro tono cada tres o cuatro segundos.

El quinto puente, que está a pocos días de su inauguración, también tendrá una cuidada iluminación, posiblemente con focos azules, para resaltar por la noche los dos característicos arcos de la estructura.

Cristales verdes y amarillos
Otro equipamiento que está a punto de inaugurarse y que tiene igualmente una imagen nocturna espectacular es la casa de cultura de Aiete. Como una caja de cerillas incrustada bajo los jardines traseros del palacio, tiene un muro acristalado a modo de fachada. De día llama la atención ese juego de cristales verdes y amarillos con distintas inclinaciones, pero de noche es espectacular el efecto que se consigue al proyectar la luz interior hacia los jardines históricos diseñados por Pierre Ducasse.

Aunque si hay una construcción que ya se puede decir que es el icono de la ciudad son los cubos del Kursaal. Más si cabe, de noche, cuando el palacio de congresos destaca aún más sobre la Zurriola. El edificio proyectado por Moneo cuenta con una singular envolvente de vidrio compuesta por 5.896 piezas sobre la que se proyecta la luz de 1.380 lámparas fluorescentes. ¡No se alarmen! El gasto de estas luces ronda los «20 euros al día», según aseguran desde el Kursaal. Las fachadas oeste y sur de los cubos se adornan con diferentes imágenes una docena de veces al año (Navidades, Carnaval, San Sebastián, Festival de Cine...) mediante un juego de filtros de colores o bien mediante vinilos que dibujan múltiples formas en la fachada.

Si hay una construcción que por sus dimensiones llama la atención en la noche donostiarra son las murallas de Urgull. Sobre todo después de la reciente rehabilitación, que permite contemplar en todo su esplendor la histórica fortificación. Hace 10 años se cambió la iluminación, lo que mejoró notablemente el rendimiento de las luces y, por tanto, el consumo. Las actuales lámparas son halogenuros metálicos y están repartidos por todo el conjunto: 61 proyectores en el paseo de los Curas, 21 en la Batería de las Damas, 15 en la Muralla Alta sur, 11 en la zona de cañones y 9 en el Sagrado Corazón. La mayor parte de estos focos tienen una potencia de entre 150 y 400 w (los anteriores eran proyectores de cuarzo-yodo de 1.500 w). Ahora se hacen pruebas para colocar luminarias led en la batería de Santa Clara y la del mirador.

Uno de los últimos en llegar al 'club' de los edificios que brillan con luz propia ha sido el acceso al mercado de la Bretxa, también conocido como el 'sandwich' o el 'tupper'. Su instalación lumínica costó 40.000 euros -fue costeada por el Plan E- y su consumo es de 2,8 kw/h. Su característico aspecto se debe a 141 metros lineales de led blanco en el suelo y en el techo en todo el perímetro acristalado de esta entrada al mercado.

Fuente
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Equipamientos e infraestructuras ya no se limitan a ser funcionales y estéticamente bellos. Su iluminación nocturna cada vez se tiene más en cuenta
Aingeru Munguía | El Diario Vasco, 2010-12-09

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