2011/07/10

hemeroteka | El SOS de Venecia

Imagen: El Diario Vasco
El SOS de Venecia
La masiva afluencia de turistas y cruceros empeora la grave situación de la ciudad de los canales. Una asociación pide a la ONU que la incluya en la lista de lugares en peligro. «Sin la intervención humana, la laguna y sus alrededores desaparecen», afirma el alcalde, Giovanni Orsoni.
Isabel F. Barbadillo | El Diario Vasco, 2011-07-10

Así era Venecia, la bella insinuante y sospechosa; ciudad encantada, de un lado, y trampa para los extranjeros, de otro, en cuyo aire pestilente brilló un día, como pompa y molicie, el arte, y que a los músicos prestaba sones que adormecían y enervaban». Thomas Mann ya 'lloró' por la ciudad de los canales. El premio Nobel lamentó su agonía en 'Muerte en Venecia'. No fue el único. El mítico Visconti llevó al cine su novela y proyectó en la gran pantalla la decadencia de una urbe que lo tuvo todo y lo fue perdiendo de forma inexorable.
Y Venecia sigue moribunda. La ciudad fascinante, la postal de las cien islas y canales, lanza ahora otro grito de socorro. Ya no es que se hunda por la subida del nivel del mar, ni por las humedades que la sitian. No es que se ahogue, que ya está anegada... Italia Nostra, la principal centinela del patrimonio histórico del país, ha pedido a la ONU que la incluya en su lista de lugares en peligro. La patria chica de Marco Polo, Vivaldi, Tiziano o ese indomable Casanova agoniza, y las condiciones en las que sobrevive amenazan con anticipar su muerte anunciada. La asociación amplía la lista de maldiciones al turismo masivo y a la incesante llegada de cruceros, que erosionan los bancos de lodos sobre los que se asienta la ciudad. Ellos dicen tener el remedio contra el nuevo mal: restringir la entrada de foráneos. Venecia no puede soportar, dicen, una media de 60.000 visitantes al día. Duplican la cifra de lo que su delicado casco urbano puede asimilar sin deteriorarse. ¿Cómo hacerlo? Italia Nostra propone imponer una tasa a los turistas por cada pernoctación y fomentar los visitantes de alto poder adquisitivo. Ahí queda...
Las oleadas masivas de humanos no son las únicas amenazas para Venecia. Conservadores y ecologistas suman otros perjuicios, como la ausencia de controles estrictos sobre el constante dragado que altera el ecosistema natural de la laguna y sus islas, o los efectos devastadores de los proyectos puestos en marcha para contener el mar. Y aseguran que los gobiernos de turno miran para otro lado...
El plan Moisés
Venecia se ahoga. Se hunde desde 1900. Hasta hoy se ha sumergido 23 centímetros. El cambio climático, con la subida de temperaturas y del nivel del mar por los deshielos, acelera el fenómeno. Cada año, la cosmopolita plaza de San Marcos se inunda con más facilidad y el agua erosiona los cimientos de casas y edificios históricos. Para contener las mareas del Adriático se inventó el Plan Moisés: una especie de megapresa de 5.400 millones de euros.
Tres mil obreros de cincuenta empresas han construido una red de diques flotantes (78 inmensas cajas de acero) que cubren 18 kilómetros a lo largo de cuatro ramales en las tres entradas de la laguna veneciana. Los diques se levantan sobre módulos que reposan en el fondo del mar. Las compuertas, siempre abiertas, se cerrarán cuando la marea supere los 1,10 metros. Entonces, una inyección de aire comprimido levantará los diques y la laguna quedará protegida y a salvo de la entrada de agua. Si lo viera Marco Polo... El proyecto, ideado hace treinta años, aprobado por el Gobierno italiano en 2002 e iniciado en 2008, aún no ha concluido. Las obras faraónicas siempre se retrasan. La prevista inauguración para el año que viene no lo será hasta 2014.
«Sin la intervención humana, la laguna y sus alrededores desaparecen», dijo el alcalde de Venecia, Giovanni Orsoni. Pero la intervención ha tardado y el plan tiene fecha de caducidad. El sistema de diques puede durar unos cien años. No deja de ser una solución temporal que, según los ecologistas, además contamina el medio ambiente. Mientras, Venecia se inunda 100 veces cada año, lo que supone graves daños económicos (unos seis millones de euros anuales) y al patrimonio. 'Moisés' quiere salvarla. Si todo funciona, las entradas históricas de Lido, Malamocco y Chioggia serán cerradas.
Dénse prisa. Las góndolas aún les esperan en la romántica ciudad decadente.
Fuente
El SOS de Venecia
La masiva afluencia de turistas y cruceros empeora la grave situación de la ciudad de los canales. Una asociación pide a la ONU que la incluya en la lista de lugares en peligro. «Sin la intervención humana, la laguna y sus alrededores desaparecen», afirma el alcalde, Giovanni Orsoni.
Isabel F. Barbadillo | El Diario Vasco, 2011-07-10

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