La Casa Xenpelar acoge una exposición sobre la antigua fábrica de Niessen de Errenteria
M.L. | EL Diario Vasco, 2010-07-20
Imagen: El Diario Vasco
En 1914, un joven alemán llega a Errenteria con su familia huyendo de la I Guerra Mundial. Se trataba de Guillermo Niessen, quien decidió establecer en la villa su empresa. Primero, en la actual plaza de Antontxu Sainz, en la subida al Topo; cinco años más tarde, en la que habría de ser su ubicación definitiva, en la hoy conocida como plaza de Xabier Olaskoaga. Con él se inicia una historia ligada a la de la villa y que en estos días se rememora a través de la exposición de fotografías antiguas que acoge la Casa Xenpelar. Bajo el título 'Niessen: 1951-1966. Historia de un enchufe', la muestra reúne decenas de instantáneas, junto a carteles publicitarios, paisajes de la población y curiosos retazos de un pasado rescatado del olvido.
El visitante tendrá la oportunidad de descubrir el proceso de fabricación de un enchufe a través de imágenes en las que aparecen inmortalizados obreros como Nilo Campo, Arantza Cobos, Mercedes Portugal, Ricardo Azkarate, Consuelo Gutiérrez y tantos y tantos habitantes de Oarsoaldea, vecinos anónimos que encontraron trabajo en esta fábrica.
No falta el retrato de su fundador, con su esposa, Juana Schmidt; ni tampoco una recreación de lo que fue su particular imperio.
Habrá quien se descubra sonriendo al contemplar los anuncios de 'Materiales Niessen, calidad 100%' y de 'Placas protectoras de pared' o la labor casi artesanal de las encargadas del montaje de cada pieza.
Relevo familiar
La exposición recuerda que Guillermo Niessen era el único representante en España de baquelita, un material de gran durabilidad con el que pasó de fabricar objetos religiosos y ceniceros, entre otros enseres, a mecanismos electromecánicos de uso doméstico, como enchufes, interruptores, portalámparas y otros artículos similares.
A su fallecimiento en 1948, Niessen encontró relevo en el menor de sus cinco hijos, Carlos, durante cuyo mandato la fábrica vivió una etapa de bonanza, quintuplicando su número de empleados hasta alcanzar los 699. Con el aumento de la plantilla también se instauraron muchas mejoras sociales. Ése fue el caso de la apertura de la Escuela de aprendices, la edificación de las viviendas en alquiler para operarios con pocos recursos económicos y gran descendencia, la asistencia médica y un largo etcétera.
En 1964, coincidiendo con las bodas de oro de la puesta en marcha de la empresa, se llevan a cabo diversos cambios. Desde el logotipo al tipo de catálogo, pasando por la imagen en general de la entidad. En esa época, Errenteria también cambia. Aparecen los primeros polígonos industriales en las afueras, al tiempo que desaparecen las fábricas del centro. La de Niessen se traslada en 1975 al municipio de Oiartzun. Apenas cuatro años más tarde, Carlos Niessen se retira de su puesto de gerente y con él, finaliza la relación de la familia con la empresa creada por su patriarca.
Tras su desalojo, las instalaciones de la empresa han servido de sede a múltiples actividades culturales, como los talleres Xenpelar, los talleres escuelas, el de teatro, la Escuela de música y la Feria de Artesanía, sin olvidar la infinidad de conciertos, exposiciones y demás iniciativas. Es por ello que en la actualidad se conoce popularmente como Centro Cultural Niessen al Centro Cultural Villa de Errenteria.
Todos estos aspectos estrechamente relacionados con el pasado y el presente de la villa papelera quedan de manifiesto en la exposición 'Niessen: 1951-1966. Historia de un enchufe", que puede visitarse hasta el día 30 en la Casa Xenpelar, situada en la calle Magdalena, 32. El horario de apertura al público es de 17.00 a 20.00 horas, los días laborables, y de 12.00 a 14.00 horas y de 17.00 a 20.00 horas, los domingos y festivos.
Fuente | El Diario Vasco
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