La suciedad invade el centro dedicado a la historia de las alcantarillas de Barcelona. El edificio municipal está abandonado desde hace ocho años
Helena Belmonte | El País, 2010-12-08
Imagen: El País |
El museo que explica la historia subterránea de Barcelona abrió en 1993 y la gestión se cedió a la Fundación Privada Pere García Faria -nombre del ingeniero que redactó en 1891 el proyecto del alcantarillado barcelonés-, que se constituyó para ocuparse de su gestión y el mantenimiento. "La fundación tuvo problemas de gestión y financiación, y sin previo aviso, en 2003, cerró el centro sin comunicarlo al Ayuntamiento", explica un portavoz del Consistorio, que en junio de este año recuperó el control de la gestión. "Desaparecieron y se desentendieron del espacio", añade.
Aunque el Ayuntamiento se comprometió a reformar el museo y adecentarlo para abrirlo en 2010 -además de ampliar los contenidos y actualizar el material didáctico -, ahora asegura que al menos durante este mandato seguirá tal como está, ya que considera que, en un panorama de crisis, este no es un tema prioritario.
De momento, no hay ninguna orden de limpiar la finca ni recoger los cristales que cubren el suelo, que al parecer llevan allí desde 2005, cuando en plena verbena de Sant Joan, unos vándalos rompieron la cristalera. Según los vecinos, el museo quedó abierto durante 20 días, con todo el material -que incluye planos antiguos, fotografías y herramientas- expuesto a ser robado.Aunque el mantenimiento del edificio municipal seguía corriendo a cargo de la fundación, los servicios municipales fueron los que cambiaron el cristal; aunque, visto el estado del centro, es evidente que no se molestaron en recoger los miles de cristales del interior.
"Hace dos años que trabajo aquí y siempre he visto los cristales tirados por el suelo", explica Noemí Fresno, que atiende en la tienda de golosinas que hay enfrente. "En verano huele muy mal, y si llueve varios días seguidos, aún es peor", añade. Además, se quejan los vecinos, cuando hay tormenta o mucho viento, algunas de las baldosas de mármol de la estructura se desprenden, con el consiguiente riesgo para los transeúntes.
José Luis López, del vecino bar La Crema, no se sorprende si le preguntan por la suciedad del centro. "Durante unos años había un conserje dando vueltas alrededor, vigilando, aunque casi nunca venía nadie a visitar el museo. Yo entré una vez y, la verdad, no me pareció de mucho interés", comenta.
Para el Ayuntamiento, sin embargo, no todo es malo. "Las visitas a las alcantarillas están aseguradas, que al final es lo importante", asegura un portavoz municipal. El Ayuntamiento gestiona las visitas al subsuelo mediante La Fàbrica del Sòl, un equipamiento del área de Medio Ambiente que gestiona todas las actividades sociales relacionadas con el ciclo del agua. Estas excursiones al mundo subterráneo se inician justo delante del museo, en el mismo paseo de Sant Joan, y están pensadas para particulares y escolares. Los mismos técnicos del alcantarillado barcelonés hacen de guías.
Mientras, el museo fantasma, la entrada a la ciudad desconocida que vive bajo el asfalto y los 1.693 kilómetros de alcantarillado que la recorren, se va deteriorando a la espera de que su propietario se decida a reabrirlo, o a hacerlo desaparecer.
Fuente
Un museo olvidado en las cloacas
La suciedad invade el centro dedicado a la historia de las alcantarillas de Barcelona. El edificio municipal está abandonado desde hace ocho años
Helena Belmonte | El País, 2010-12-08
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