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| Imagen: Deia |
El alquimista del titanio Frank Gehry, el "padre" del Guggenheim, recoge hoy en persona en Bilbao su Premio Sabino Arana
Raquel Ugarriza | Deia, 2011-01-30
Frank Gehry y Bilbao, Bilbao y Frank Gehry. Dos nombres que irán unidos para siempre no solo en los libros de arquitectura sino también en los anales de los milagros urbanísticos y, lo más importante, en el imaginario colectivo de una sociedad que busca iconos a los que aferrarse. Frank Gehry siempre será ese iluminado alquimista del titanio creador del Museo Guggenheim de Bilbao, una coletilla que le acompaña allá donde va. Esta perfecta simbiosis entre el creador y una ciudad recibirá hoy el reconocimiento de la Fundación Sabino Arana, que entregará uno de sus premios anuales a este arquitecto estadounidense de origen canadiense, que lo recogerá en persona en el Teatro Arriaga.
De Gehry y su relación de Bilbao se ha dicho ya casi todo. Nacido en una familia polaco-judía de Toronto en 1929, con 17 años se desplazó a California donde estudió arquitectura. Hacia finales de los años ochenta del pasado siglo empezó a desmarcarse de la tradición rectilínea y abrazó la formas escultóricas, sensuales, que le han hecho mundialmente conocido. Pero no fue hasta el encargo del Guggenheim de Bilbao que su nombre cruzó las fronteras de los entendidos en arquitectura para convertirse en un personaje popular, que ha llegado a aparecer en Los Simpson, auténtico termómetro del top de las celebridades mundiales.
A principios de los años noventa, Gehry era un arquitecto excepcionalmente original, ganador del Premio Pritzker -el Nobel de la arquitectura-, quien, ayudado por los avances de diseño asistido por ordenador, creaba estructuras nunca antes materializadas. Sin embargo estaba acercándose a la edad de la jubilación y no había gestado aún la gran obra que todo creador busca con ahínco, con la que pasar a la historia. Bilbao fue su oportunidad. "Es lo que me pidieron, un edificio que haga por Bilbao lo que la Ópera de Sidney hizo por esa ciudad". La inauguración de la pinacoteca bilbaina fue en 1997. El resto es historia. No solo deslumbró al mundo y cerró la boca a todos aquellos que durante años denigraron el proyecto, sino que convirtió a Bilbao en el símbolo de la mejor transformación urbanística y social ocurrida en décadas.
Pero, en sí misma, la nave de titanio varada en un recodo de la Ría tiene méritos propios como para pasar a la historia. El último ejemplo de esta casi unanimidad llegó el verano pasado cuando Vanity Fair aupó al museo bilbaino a los altares como la pieza de arquitectura más importante desde 1980. Quien así lo certificó fue un jurado de medio centenar de expertos, entre ellos, once premios Pritzker.
Un tímido, dice su amigo Pollack
El flechazo de Gehry con Bilbao ha ido cimentándose en todos estos años con pequeños detalles. Enamorado de Euskadi, ha viajado a esta tierra en más de un centenar de ocasiones. En los primeros años tras la inauguración del Guggenheim, gustaba de pasear de incógnito por el museo, plasmando en su libreta las reacciones del público cuando visitaban su creación. Persona afable, entrañable en las distancias cortas, en realidad es un tímido, como lo describe su amigo Sidney Pollack, el director de cine que le retrató en el documental Sketches de Frank Gehry. "Como genio tendría que ser una persona compleja, difícil y temperamental -afirmaba el director en la presentación de la película-, pero de forma extraña es una persona calmada, relajada, aunque tiene su ego y el temperamento de un artista. Pero el hecho de que tenga tanto éxito le ha reafirmado sobre sí mismo. Ya no tiene nada que probar, ni busca el éxito porque ya lo tiene". Precisamente, sobre la idea de vivir de las rentas, Gehry declaró en su momento: "Si fuera listo, me quedaría a vivir aquí (Bilbao) de la gloria, pero siempre estoy en perpetua búsqueda".
Casado en segundas nupcias con Berta Isabel Aguilera, panameña de ascendencia cántabra, y padre de cuatro hijos, pensó en su momento alquilar una vivienda en el entorno de Mundaka, enamorado como está del paisaje de Urdaibai. Es tan aficionado al mar que ha tenido un velero con el que navegaba junto a su familia en el Pacífico, a los pies de Santa Mónica, la localidad californiana donde reside. El cercano Hollywood le parece una "aberración", del que solo salva a sus amigos Pollock y Brad Pitt.
Alargada sombra
Gehry cayó de nuevo en las redes del encanto de Euskadi cuando decidió crear la bodega de Marqués de Riscal, en la localidad alavesa de Eltziego. Y todo gracias a que los dueños de la bodega le dieron a probar un exquisito caldo de 1929, año de su nacimiento. La seducción fue inmediata y no tuvo "más remedio" que aceptar.
Tal ha sido la influencia de su obra de Bilbao que la mayor parte de las creaciones más significativas de su producción están fechadas después de 1997, como el Walt Disney Concert Hall de Los Ángeles, el proyecto de experimentación musical de Seattle y las casas danzantes de Praga.
A punto cumplir los 82 años, sigue diseñando con sus socios desde su estudio de Los Ángeles, en el que trabajan 120 personas que apenas pueden dar abasto a los encargos que les llueven de los cinco continentes, entre ellos, el futuro museo Guggenheim de Abu Dhabi.
A Gehry se le espera hoy, vestido con su habitual atuendo negro, apoyado en un bastón, como en sus últimas visitas a Euskadi, para recoger el Premio Sabino Arana por haber "contribuido a difundir internacionalmente una nueva imagen del país".
Fuente
El alquimista del titanio
Frank Gehry, el "padre" del Guggenheim, recoge hoy en persona en Bilbao su Premio Sabino Arana
Raquel Ugarriza | Deia, 2011-01-30
Documentación
"Gran parte de mi vida está unida a Bilbao"
Frank Gehry pasó unas horas en la capital vizcaina para recoger el Premio Sabino Arana. El autor del Guggenheim Bilbao confesó que echa en falta al museo, pero "también al pueblo vasco".
Maite Redondo | Deia, 2011-01-31
Gehry recalca que no repetirá el Guggenheim en ningún otro lugar
El arquitecto subraya que el museo bilbaíno responde al lugar y la cultura vasca
Eva Larrauri | El País, 2011-01-31
Gehry recoge el premio de la Fundación Sabino Arana
La entidad entrega también sus galardones a Iberdrola y Etxenike, entre otros
El País, 2011-01-30
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