Imágenes: El País
Mission: México en San FranciscoPaco Nadal | El País, 2010-08-09
Las grandes ciudades norteamericanas (como todas las grandes ciudades) son poliédricas y multiculturales. Y San Francisco no es una excepción. Te montas en el Bart (el sistema de tren de cercanías) en pleno centro, por ejemplo en Powell Station, te bajas tres estaciones más allá, en la 24 th con Mission Street. Y cuando sale a superficie, estás en México. O en El Salvador.
Mission District es el barrio latino de San Francisco. Un lugar donde los anuncios están en español, los restaurantes sirven tacos y enchiladas y los comercios vende artículos baratos para una población inmigrante que ocupa el escalón más bajo del sistema productivo gringo.
En Mission puedes sobrevivir un año sin hablar ni papa de inglés.
Desde un estricto punto de vista histórico, el barrio no ha cambiado de lengua ni de personalidad, porque aquí fue donde los españoles fundaron la misión que dio lugar a la ciudad. Los turistas vienen hasta Mission para ver la misión Dolores, la iglesia que los franciscanos levantaron en 1782 y que es el edifico más viejo de San Francisco y de toda California. Y luego se van, asustados, porque en algún estúpido periodista de viajes escribió que más allá de la calle 24 es peligroso adentrarse.
Sin embargo, Mission es uno de los barrios más activos y dinámicos de San Francisco. Este fin de semana he estado allí un par de veces porque he conocido a gente fascinante de la comunidad latina que me invitó a una fiesta el viernes y a otra el domingo (un fin de semana intenso, vive Dios).
Salvadoreños que huyeron de la guerra civil de su país; argentinos y uruguayos acusados de ser tupamaros que salieron de sus países por los pelos antes de que los milicos los asesinaran como a tantos izquierdistas en aquellos años de plomo de los Pinochet y los Videlas. Mexicanos en busca de un futuro mejor. Guatemaltecos, bolivianos, nicaragüenses... Gente luchadora de izquierdas que hoy vive en la ironía de ser (bien) acogidos en el país que fomentó los golpes de estado que arruinaron el suyo. Es parte de las grandeza y la miseria de esta (norte)América.
A Mission hay que ir para comer tacos en El Farolito (junto a la estación del Bart de la 24 th), para pasear por Valencia Street (una calle de lo más cool llena de tiendas y librerías alternativas y restaurantes étnicos) pero sobre todo para hacer la ruta de los murales. El barrio es un hervidero de movimientos sociales que luchan por la integración y los derechos de los latinos en EEUU. Estos heredaron la cultura de la pintura mural que llegó a EEUU en los años 30 de la mano de tres pintores mexicanos: Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros .
El resultado es que buena parte de las paredes del barrio están ambientados con murales. Algunos simplemente decoran los callejones de Mission. Otros trasladan mensajes políticos y sociales de una sociedad latina que busca su identidad en tierra extraña.
Fuente | El País
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